Eurovisión 2025: 5 pistas escenográficas que (quizá) te inspiren para tu próximo evento

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Aquí van cinco pistas escénicas que nos deja esta edición y que quizá te inspiren para mirar tu próximo evento con otros ojos:
1.El escenario ya no es una caja: es un espacio líquido
El escenario de Eurovisión 2025 fue diseñado por Florian Wieder y se inspiró directamente en el paisaje suizo: montañas, valles y la diversidad natural del país. La forma ondulada y envolvente de la estructura, sumada a su capacidad de rotar 360º, evocaba los Alpes suizos y convertía la escenografía en una extensión visual del territorio.
Más allá de lo simbólico, el resultado fue funcional: un escenario circular y mutable que se transformaba con cada actuación. Los artistas no solo actuaban sobre el escenario, sino con él. Sus movimientos se integraban con rotaciones, plataformas elevadas y una iluminación envolvente que creaba una narrativa en movimiento.
Tendencia que nos interesa: el espacio como un ente vivo, mutable y con identidad. Perfecto para convenciones o lanzamientos donde el storytelling exige dinamismo o una narrativa por capas.
2.La pantalla ya no manda sola
Por primera vez en la historia del festival, las pantallas LED no fueron el epicentro visual. La producción de 2025 incorporó una combinación de mapping en superficies no planas, paneles translúcidos y niebla artificial para proyectar contenido en capas. Resultado: una atmósfera casi teatral, con profundidad escénica real y no solo visual.
Idea a rescatar: menos megapíxeles, más atmósfera. No todo pasa por añadir pantallas, a veces se trata de apagarlas con intención.
3.¿Iluminación? Llamémoslo diseño emocional
Este año, la iluminación no solo acompañaba. Marcaba el tono emocional de cada acto. Los diseñadores utilizaron más de 2.000 cabezas móviles, láseres modulados y temperaturas de color muy medidas para crear emociones, no solo efectos.
¿Aplicación? La luz no está solo para que se vea, sino para que se sienta. En eventos corporativos, puede marcar el antes y el después de un mensaje.
4.Tecnología low touch, impacto high-end
Lo más comentado no fueron los drones ni los hologramas, sino los momentos táctiles sin contacto. Escenarios que se activaban al paso del artista, suelos que respondían con efectos visuales, y sensores de movimiento que lanzaban efectos en directo sin intervención humana.
Una pista para eventos: la tecnología más sofisticada es la que no se ve. Si puedes sorprender sin cables, mejor.
5.El público también es parte del diseño
Una de las grandes novedades: el público no estaba solo frente al escenario, sino también dentro de él. Gradas en forma de espiral envolvían parte de la estructura principal. ¿El resultado? Una sensación de inmersión total y una lectura escénica 360º para televisión.
Más allá de Eurovisión: diseñar espacios no es solo pensar en lo que se muestra, sino en cómo se vive desde cada ángulo.


No es copiar. Es inspirarse con intención.
Eurovisión 2025 no ha inventado nada que no podamos aplicar en el sector MICE… pero sí lo ha puesto sobre la mesa con una claridad brutal. El escenario como narrador, la tecnología como aliada invisible, y la emoción como objetivo real.
No se trata de hacer “lo mismo pero en pequeño”. Se trata de mirar estos formatos con ojos de productor curioso. Porque si algo nos ha enseñado Zúrich este año es que el espacio también puede contar historias. Y a veces, sin decir ni una palabra.









