Ponerse en la piel del jurado: lecciones (muy humanas) para construir una candidatura ganadora

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La maldición del conocimiento
Hay un sesgo que nos persigue especialmente a todos los humanos: la famosa “maldición del conocimiento”. Cuanto más sabemos de algo, más difícil nos resulta imaginar que alguien no lo sepa. Así que lo damos por hecho. Omitimos información. Confiamos en que se entienda. Y si aplicamos este sesgo a las candidaturas de premios, lo que podría ser un vídeo que enamora al jurado, acaba siendo un teaser bonito para Instagram… pero que no explica nada.
Con esto en mente, quiero llevarte conmigo a un viaje al corazón de los Premios eventoplus 2024. A través de mi experiencia (y algún cotilleo adicional), quiero transmitirte los “peligros” de no comunicar bien tu candidatura. Quiero que entiendas cómo se hace todo desde el primer momento y cómo mi primera experiencia en estos premios me hizo darme cuenta de que lo importante era la empatía con el jurado.
Un viaje al pasado: los Premios eventoplus 2024
Todo empezó la mañana del 3 de septiembre. Las periodistas pusimos rumbo a Alalpardo, al Club de Golf Retamares que nos esperaba con un radiante césped verde verdaderamente digno del fondo de pantalla de Windows.
Allí nos esperaban Eric, Mar y los miembros del jurado de esta edición. Un auténtico dream team del sector, con representación de grandes marcas y agencias: Coca-Cola Europacific Partners, Telefónica, BBVA, Vodafone, Volkswagen, Sanitas, Diageo, Beon. Worldwide, Iberia, Miele, Enel, Fazeta, The Yellow B, IAG7, Ovation DMC, Somos Experiences… y muchas más.
Un pequeño recordatorio de las normas del juego y de la flexibilidad de este con respecto a sus valoraciones (se pueden hacer cambios de cara al año siguiente en bases, categorías o cualquier otro punto justificado y consensuado) y tocaba comenzar la jornada de trabajo. Nos dividimos en cuatro grupos de 5 jurados y una periodista y comenzamos las visualizaciones. Aquí llega el kit de la cuestión.
El procedimiento es muy sencillo. Se reparten las categorías entre los grupos de trabajo. De esta manera, con las bases en todo momento presentes tanto en una pantalla como en cada tablet proporcionada a los jueces, se procede a visualizar los videos de las candidaturas junto a las especificaciones de ada candidatura. Las periodistas no podemos hacer valoraciones (algo complicado no hacerlas con los eventazos que vemos) pero lo importante es que los jueces no reciban ningún tipo de información adicional que pueda perjudicar o beneficiar a ninguna candidatura. Tampoco ellos mismos pueden comentar si se ha estado en el evento.
Y aquí llega el error de muchas candidaturas. Comenzamos a ver un video en una calidad excepcional, salen varios influencers y la música es increíble. Las transiciones trepidantes hacen que nos quedemos embelesados con la pantalla y los planos recursos de un gran estadio repleto de luces terminan por hacernos no levantar la mirada del video, pura sobreestimulación. Al final del video los jueces se miran, quizá un poco extrañados. Miran la descripción que proporciona la agencia: “hemos creado un eventazo para 45 influencers dónde tienen que realizar malabares sobre pelotas de yoga ante una audiencia de 45.000 personas”. Consultan las bases:
- ¿Se corresponde con los objetivos del cliente?
- No lo dice
- Bueno… y ¿La creatividad conceptual?
- El concepto es muy original desde luego, pero no veo a qué se debe…
- Está también la complejidad en la producción
- Debió ser bastante imponente, pero no se veía muy bien con las animaciones de fuego que salían de los bordes en el video.
- Queda esto, el impacto
- Impactante debió ser, pero no sabemos a qué nivel alcanzo los objetivos comunicativos, no lo refleja. No sabemos cómo volvieron a sus casas esas 45.000 personas, si se enteraron de algo o solo terminaron tan sobrestimados como nosotros.
En ese momento quería gritar, yo sí había estado en ese evento y la producción fue increíble y tuvo grandes números de engagement y satisfacción de los asistentes, pero no podía. El evento no ganó, ganaron otros eventos con mucha calidad, pero con un ingrediente más: el foco comunicativo.

Pero ¿Qué podemos aprender de esto?
El evento que no ganó cumplía todos los requisitos que contenían las bases de su categoría, la idea se identificaba con los objetivos del cliente, fue un auténtico reto logístico, conto con acciones de RSC y dejó un legado en la comunidad local, pero estas fueron cuestiones que no fueron comunicadas al jurado. Debido a los ritmos frenéticos que llevamos y a la cantidad de material audiovisual que hoy se hace acerca de los eventos, las empresas en ocasiones optan por enviar teasers poco descriptivos o videos que no tienen en cuenta el fin de la comunicación.
¡Pero las preguntas del examen están ahí desde ahora! Las bases de los premios se publican con anterioridad, aquí puedes ver las bases de esta nueva edición. Todo lo que hay que hacer es despojarnos de las ideas que tenemos en la cabeza sobre nuestro evento (que es nuestro bebé y, como tal, nos parece el más guapo y el más listo) y tratar de transmitirlo en una pieza audiovisual que reúna las respuestas a las preguntas que plantean las bases específicas de la categoría la que lo presentas. ¿Qué objetivos tenía? ¿Los cumplió? ¿Cuáles eran los retos logísticos? ¿Qué repercusión tuvo?
Es tan fácil como esto. Optimizar una candidatura no te llevará mucho tiempo, pero te hará afinar el tiro, intenta pensar que no sabes nada del evento o enséñaselo a un colega o familiar que no sepa nada sobre él. De esta manera podemos salvar el sesgo que nuestra única versión da y ¿por qué no? Ganar un Premio eventoplus. Suena genial.







