¡Reúne el dream team! Antes de lanzarte, asegúrate de tener todo listo, si falta algo, ¡improvisa! Aquí el objetivo es disfrutar.

Pela las patatas con estilo (o con prisa, como prefieras), dales un buen baño y córtalas en rectángulos. ¡Queremos unas patatas fritas caseras de campeonato!

Calienta bien el aceite en una sartén o, si tienes freidora, úsala como un pro. Fríe las patatas hasta que queden doradas y crujientes. Sácalas, ponlas en un plato y dale un toque de sal y pimienta negra.
Truco de ahorro (que el aceite está a precio de oro): La freidora gasta menos aceite, ¡tu bolsillo te lo agradecerá!

Corta el jamón serrano en daditos y dales un golpe de sartén. Queremos ese crujiente y ese aroma que te hará salivar antes de tiempo.

Corta el foie en trozos generosos (sin miedo) y fríelo en una sartén a fuego medio. Ojo, que el foie se derrite más rápido que un helado en verano: lo ideal es freírlo directamente congelado para que no desaparezca del todo.

Fríe los huevos con mimo. El truco está en dejarlos con la yema líquida, porque la magia sucede cuando esa yema se mezcla con todo lo demás. ¡No te pases de cocción, por favor!

Coloca las patatas en una fuente como base, añade los daditos de jamón y el foie doradito, y corona todo con los huevos fritos. Llegó el momento cumbre: ¡rompe las yemas y mezcla todo como si no hubiera un mañana!

Estos huevos estrellados con foie son tan versátiles que pueden ser entrante, plato principal o el capricho que necesitas en tu día. Así que saca los cubiertos y prepárate para disfrutar de cada bocado, porque por algo les he llamado Huevos estelares.

¡Qué aproveche!

Calienta bien el aceite en una sartén o, si tienes freidora, úsala como un pro. Fríe las patatas hasta que queden doradas y crujientes. Sácalas, ponlas en un plato y dale un toque de sal y pimienta negra.

Truco de ahorro: La freidora gasta menos aceite, ¡tu bolsillo te lo agradecerá!