Este tradicional postre mejicano no es nada sin ¡la mezcla mágica! Saca la licuadora y junta la leche condensada, la leche evaporada y el jugo de limón. Dale al botón hasta que tengas una mezcla suave y espesita.

Ahora vamos a armar nuestro delicioso postre. Agarra un molde (rectangular, redondo… ¡a gustos colores!) y empieza con una capa de galletas María, bien ordenaditas. Encima, añade una capa generosa de la mezcla de limón. Repite el proceso, capa tras capa, como si fuese una pirámide maya, hasta que llenes el molde (normalmente 3 o 4 capas). Asegúrate de terminar con una capa de crema para un final épico.

Como en méjico hace tanto calor… todo lo que podemos, siempre en frío, así que ¡metemos nuestro postre a la nevera! Cubre el molde con plástico o papel aluminio, y déjalo enfriar por al menos 4 horas. Dale tiempo para que todo se compacte y quede espectacular.

¡Toque final! Antes de servir, decora con ralladura de limón, esto invoca al gran chamán maya que te dará el auténtico toque mejicano. Corta en porciones, sirve bien frío ¡y listo! Un postre de limón tan fácil y delicioso que vas a querer repetir.