Celebrar, emocionar y transformar: el aniversario de la Sociedad de San Vicente de Paúl como ejemplo de evento con propósito

Durante diez días, del 16 al 25 de mayo, los voluntarios y socios de la SSVP han estado presentes en Madrid, Cataluña, País Vasco, Canarias, Baleares entre otras regiones, no solo para conmemorar una historia de 175 años, sino para llevar a la sociedad un mensaje urgente: la soledad no deseada es una realidad silenciosa que afecta a miles de personas en España y que requiere atención pública.

El aniversario no se ha limitado a actos internos; ha sabido abrirse al público a través de formatos participativos y accesibles. Un ejemplo destacado fue la función benéfica organizada en el Teatro Maravillas de Madrid junto a la compañía de improvisación Jamming, donde el humor y la interacción no solo entretuvieron, sino que ayudaron a recaudar fondos para los proyectos sociales de la organización.

Este tipo de acciones muestran una capacidad admirable de conectar objetivo y formato. No se trata solo de montar actividades por cumplir o de sumar nombres conocidos para llamar la atención mediática. Lo que destaca en este caso es la coherencia entre el mensaje —combatir la soledad y fortalecer los lazos sociales— y la forma en que se materializa en el evento. Cuando ese alineamiento está bien trabajado, el impacto se multiplica.

Además, la activación ha sido descentralizada, desplegándose en múltiples territorios y permitiendo llegar a públicos diversos, algo que refuerza el impacto local y evita concentrar la acción en un único foco. Sumado a eso, el trabajo en alianzas —como la colaboración con actores culturales— ha sido clave para ampliar el alcance del mensaje y dotar a la acción de creatividad y frescura.

La soledad no deseada: un fenómeno que afecta a los jóvenes

Aunque tradicionalmente asociamos la soledad no deseada con las personas mayores, los datos actuales revelan una realidad preocupante entre la juventud. Según el primer estudio sobre soledad no deseada en jóvenes en España, realizado por el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada en colaboración con Fundación ONCE y Ayuda en Acción, el 25,5% de los jóvenes de entre 16 y 29 años se sienten solos en el momento actual, y un 69% afirma haberse sentido solo en algún momento de su vida .

Este fenómeno no es pasajero: tres de cada cuatro jóvenes que sufren soledad no deseada aseguran sentirla desde hace más de un año, y casi la mitad desde hace más de tres años . Factores como la falta de estabilidad económica y laboral, la presión académica, y la dificultad para acceder a una vivienda digna agravan esta situación. Un estudio reciente del Consejo General de Arquitectura Técnica de España revela que el 63% de los jóvenes que se sienten solos atribuyen esta sensación a problemas residenciales, como la lejanía de su familia por la necesidad de mudarse a zonas más económicas o la presión de los altos precios de alquiler .

Además, la soledad no deseada tiene un impacto significativo en la salud mental de los jóvenes. El mismo estudio indica que el 24% de los encuestados manifestó síntomas de estrés o ansiedad relacionados con su situación habitacional, y un 19% dijo sufrir depresión .

Los eventos como herramienta para combatir la soledad

La celebración del 175 aniversario de la SSVP no solo ha servido para conmemorar su historia, sino también para poner en el centro del debate público la problemática de la soledad no deseada, especialmente entre los jóvenes. A través de actividades participativas y descentralizadas, la organización ha logrado visibilizar una realidad que afecta a una parte significativa de la población y que, a menudo, permanece oculta.

Este enfoque demuestra cómo los eventos pueden ser una herramienta poderosa para generar conciencia y movilizar a la sociedad en torno a causas sociales relevantes. En un momento en que marcas, agencias y organizadores de eventos buscan demostrar compromiso y autenticidad, iniciativas como la de la Sociedad de San Vicente de Paúl nos obligan a repensar el papel real de los eventos. No basta con generar repercusión puntual; el verdadero valor está en activar emociones, abrir conversación pública y, sobre todo, construir comunidad. Los eventos, cuando se diseñan bien, no solo entretienen ni solo celebran: son herramientas que pueden transformar vidas.