Glenfiddich y Aston Martin presentan el Club 1959 en Barcelona: whisky, lujo y Fórmula 1

Compartir noticia
Escuchar
El poder de lo efímero para mantener la marca viva
La estrategia de Glenfiddich no se limita a colocar un logo junto al monoplaza de Aston Martin. Este pop-up bar funciona como un espacio experiencial pensado para trasladar los valores de la marca a un público diverso y global. El concepto efímero —que podría parecer pasajero— se convierte aquí en una herramienta clave para mantener viva la narrativa de Glenfiddich: reinterpretar su legado, mostrarse audaz y cruzar fronteras, tanto físicas como simbólicas.
Un relato que conecta herencias
El Club 1959 rinde homenaje al año en que Aston Martin debutó en la Fórmula 1, un hito automovilístico que Glenfiddich toma como inspiración para crear un menú especial de cócteles elaborados con sus whiskies de 12, 15 y 18 años, acompañados por tapas gourmet. Pero más allá de los detalles del producto —que, como ya saben bien los profesionales del sector, no basta por sí solo— lo relevante está en cómo se construye un relato emocional que conecta herencia, diseño y comunidad.
Barcelona, un escenario estratégico sin depender del patrocinio
El debut del Club 1959 en España no ocurre por casualidad: Glenfiddich ha elegido deliberadamente el fin de semana del Gran Premio de Fórmula 1, uno de los momentos deportivos más relevantes a nivel internacional, para amplificar el impacto de su propuesta y conectar con una audiencia global. Esta acción no nace como un patrocinio al uso, sino como una forma de explorar nuevas maneras de posicionar la marca, alejándose del esquema clásico y apostando por la creación de experiencias que sumen valor al ecosistema del evento.
Porque cuando el motor se apaga y el último sorbo desaparece, solo queda una pregunta: ¿qué recuerdo has dejado atrás?








