TikTok lanza su nueva IA generativa para vídeos
¿El futuro de la creatividad o la fábrica de contenido automático?

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No es (todavía) como los deepfakes, pero va en camino
La IA generativa de vídeo que ya vemos en redes sociales funciona con modelos muy avanzados como Sora (OpenAI), Pika o HeyGen. Basta abrir cualquier red para encontrarse con ejemplos que, hasta hace nada, parecían imposibles: entrevistas ficticias a Cleopatra en las pirámides de Egipto, Napoleón dando ruedas de prensa en perfecto inglés, o presentadores digitales narrando noticiarios de futuros alternativos que nunca existieron.
Lo de TikTok es diferente, al menos de momento. Symphony está pensado para publicidad práctica, rápida y funcional, sin entrar en la generación hiperrealista completa. Pero precisamente por eso, puede cambiar radicalmente la forma en que marcas y agencias producen contenido cada día.
Las tres funciones clave de TikTok Symphony
Image to Video
Ejemplo real: la marca quiere promocionar un bolso rosa en un entorno chic parisino. Suben la foto del producto, añaden un breve texto y la IA genera automáticamente un pequeño clip animado de cinco segundos con ese escenario.
Perfecto para ecommerce con grandes catálogos (moda, cosmética, alimentación) o pequeñas marcas que necesitan volumen de contenido sin costes de producción.
El riesgo es que si todos usan la misma tecnología, los vídeos pueden empezar a tener un mismo aire visual: movimientos, fondos, animaciones generados por IA en patrones repetidos.
Text to Video
Ni imagen hace falta. Simplemente introduces el concepto y la IA genera un vídeo. Por ejemplo: “Un hombre en ropa cómoda lleva una enorme pila de cajas en su dormitorio, listo para un unboxing”. En cuestión de segundos, se genera el clip, listo para testear en campañas publicitarias.
Útil para probar ideas antes de producir spots reales, hacer brainstormings creativos rápidos o crear variaciones múltiples para A/B testing.
El problema es que puede fomentar un tipo de creatividad rápida pero superficial, sin desarrollo narrativo real.
Showcase Products (avatares digitales)
Aquí la IA permite generar vídeos de producto utilizando modelos virtuales. Por ejemplo, la marca sube la imagen de una botella rosa y selecciona el avatar digital: una mujer joven en silla de ruedas sostiene la botella, la muestra a cámara y genera automáticamente un breve clip publicitario. La herramienta ofrece una galería de avatares diversos (por edad, género, etnia), permitiendo crear variantes de la misma pieza en segundos.
Ideal para moda, cosmética, tecnología o apps móviles. Pero plantea dudas sobre cómo conectará emocionalmente el público con estos modelos virtuales, y qué impacto tendrá en los profesionales reales (fotógrafos, modelos, actores).
¿Aliado creativo o enemigo silencioso del oficio?
Desde TikTok insisten en que la IA no sustituye la creatividad, solo la acelera. Y es cierto: estas herramientas son ya muy atractivas para marcas con presupuestos ajustados, necesidad de variaciones constantes y ciclos rápidos de campaña.
Pero el riesgo es claro: si la herramienta hace el trabajo pesado, ¿qué queda del trabajo creativo? El storytelling elaborado, el detalle artístico, la construcción de marca a largo plazo pueden resentirse si todo el contenido acaba siendo un collage rápido de prompts y automatización.
¿Y qué hay de lo que ya vemos en redes?
Mientras TikTok avanza con su IA aplicada al marketing diario, por fuera de su ecosistema la IA generativa de vídeo está cruzando otros límites.
Con Sora (OpenAI) puedes pedir: “Una toma aérea de Napoleón cabalgando por un campo nevado, cámara girando lentamente en 4K”, y la IA genera la escena completa, con detalle casi cinematográfico.
Con Pika Labs puedes crear clips surrealistas, conceptuales o directamente imposibles.
Con HeyGen ya se están generando presentadores digitales que narran noticias, hacen entrevistas en escenarios falsos o doblan automáticamente voces a varios idiomas.
En el futuro: el reto está en el equilibrio
Las herramientas están aquí, y seguirán mejorando. Symphony empezará a integrarse directamente en plataformas como Adobe Express para creadores independientes y WPP Open para grandes agencias globales.
El reto ahora es el de siempre: no es tanto la herramienta, sino cómo la usemos. Puede democratizar la producción publicitaria. Puede saturar el mercado de contenido clónico. Puede liberar a los creativos de tareas rutinarias. O puede empobrecer el oficio reduciendo la creatividad a prompts y plantillas.
La decisión no la tomará la IA. La tomaremos nosotros.









