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De un tomate en Twitter a una campaña 360º: LOEWE sabe que las buenas ideas también se cultivan

De un tomate en Twitter a una campaña 360º: LOEWE sabe que las buenas ideas también se cultivan

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En junio de 2024, una usuaria de X (antes Twitter) publicó una foto de un tomate particularmente bonito. Rugoso, brillante, con una forma tan especial que parecía una escultura. Lo acompañó de un comentario irónico: “Este tomate es muy LOEWE”. Una broma. Una observación estética sin estrategia. Pero alguien en LOEWE tomó nota. Un año después, ese tomate no solo era bolso: era perfume, experiencia, activación urbana, globo aerostático. Era cultura de marca. Y era, sobre todo, una campaña 360º que nos recuerda cómo una idea sencilla puede convertirse en una narrativa inolvidable.

Del meme al objeto de deseo

El primer movimiento de LOEWE fue convertir el tomate en el Tomato Clutch: un bolso de edición limitada que pasó de chiste online a pieza aspiracional. Confeccionado en piel napa y cierre dorado con forma de cáliz vegetal, el clutch se agotó rápidamente y apareció en medios, escaparates y vídeos de creadores.

No era un gag de moda. Era el inicio de una estrategia construida con mimo, desde lo simbólico y sensorial.

Del set al huerto: menos discurso, más raíces

La presentación del perfume Aire Anthesis —inspirado en la botánica y la floración de la jara— no se hizo en una pasarela ni en un showroom. Se hizo en la Fundación Lázaro Galdiano, convertida en un jardín vivo.

Los asistentes entraban con unas tijeras Kiriko, cortaban su propia flor y recorrían un espacio lleno de plantas reales, vapores de perfume y silencios medidos. No había discursos. La marca no hablaba: dejaba que todo se sintiera.

Taller de jardinería: cuando oler no es suficiente

Como parte de la campaña, LOEWE organizó un taller de jardinería llamado «Tomato Leaves Experience». Lejos de ser una acción decorativa, era una extensión directa del universo olfativo del perfume: hojas de tomate, calma, contacto con lo real.

El taller reforzaba la idea de autenticidad, cuidado y conexión emocional. Y demostraba que las experiencias de marca no necesitan espectáculo si tienen coherencia.

Una activación phygital bien sembrada

LOEWE no dejó escapar la oportunidad de amplificar esta narrativa en digital:

  • Instagram fue el escaparate global. La tienda de Madrid mostró una instalación vegetal con tomates gigantes, hojas frescas y guiños a la estética del clutch.
  • En TikTok y Reels, influencers afines al universo LOEWE protagonizaron contenidos entre el arte, el humor y la moda, sosteniendo el clutch como si fuera una fruta preciosa.
  • El packaging acompañaba: bolsas rojas con ilustraciones de tomates y etiquetas verdes. Nada aleatorio. Todo diseñado para contar.

El tomate también voló (literalmente)

En mayo de 2025, la campaña dio un nuevo giro: LOEWE lanzó un globo aerostático en forma de tomate sobre Capadocia (Turquía). Sí, un globo. Rojo, redondo, con el logo bordado en negro.

La imagen dio la vuelta al mundo en redes y prensa, y cerró el círculo: lo que empezó como un comentario digital ahora sobrevolaba uno de los paisajes más icónicos del planeta.

Una campaña 360º que funciona porque no lo parece

Esta no es una campaña ruidosa. No empuja. No interrumpe. Simplemente está bien pensada, bien hilada y bien ejecutada. Funciona porque:

  • No solo lanza un producto, construye cultura.
  • No se apoya solo en un canal, lo convierte en experiencia.
  • No busca impacto inmediato, sino dejar una sensación duradera.

Así que este verano, antes de echarle sal al tomate… piensa si lo estás aliñando o diseñando.

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