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Te pagamos por vivirlo: cuando las marcas te contratan para sentir (y contar)

Te pagamos por vivirlo: cuando las marcas te contratan para sentir (y contar)

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Desde Adidas en Puerto Rico a Ibai en Sevilla, cada vez más marcas te ofrecen “trabajos” donde lo único que tienes que hacer es sumergirte en una experiencia. ¿El salario? A veces 1.000€, otras un mes entero a gastos pagados. Pero sobre todo: formar parte de un relato.

En una época en la que los consumidores ya no quieren (solo) que les vendan cosas, las marcas han entendido algo crucial: lo que mueve hoy es vivirlo. Pero no solo vivirlo desde la grada o desde el feed de Instagram. Vivirlo desde dentro. Ser parte. Y si además te pagan por ello, mejor.

Bienvenidos a la nueva generación de activaciones de marca: aquellas que convierten al espectador en protagonista… con contrato incluido.

Adidas y Bad Bunny: un mes viviendo el perreo y la cultura puertorriqueña

Adidas lo ha hecho a lo grande. Coincidiendo con la residencia de Bad Bunny en Puerto Rico (“No me quiero ir de aquí”, del 29 de julio al 18 de agosto de 2025), la marca busca a una persona para trabajar como “Embajador/a de Marca” durante un mes. Pero esto no va de repartir flyers.

El puesto, que incluye vuelo, alojamiento y un sueldo de 25 $ la hora, se centra en vivir la cultura local y compartirla con el mundo. La persona elegida operará desde el espacio de Adidas, interactuará con visitantes, se sumergirá en la escena urbana del país y documentará todo. Un trabajo que es, en realidad, una experiencia inmersiva, una narrativa de lifestyle hecha campaña.

No es solo marketing: es vivir el universo Bad Bunny en primera persona.

Ibai y la Velada: 1.000€ por formar parte del show del año

El streamer Ibai Llanos también se ha subido a esta ola. Para la Velada del Año V —su ya icónico evento de boxeo y espectáculo que este año aterriza en Sevilla— lanzó junto a InfoJobs una oferta de empleo de un solo día: azafatos, comerciales y asistentes de marketing podían optar a 1.000 € netos, viaje, hotel… y entrada VIP al evento.

¿Objetivo? Que los fans de Ibai y del show pudieran formar parte real del engranaje. Estar dentro. No como influencers invitados, sino como profesionales —aunque sea por un día— del gran evento de entretenimiento español.

Más allá de la experiencia, la acción generó conversación, cobertura mediática y una conexión emocional de otro nivel con la comunidad. Porque no es lo mismo ver La Velada que trabajar en ella.

Lola Lolita Land: 1.000€ por probar toboganes

Parece una broma, pero fue real: en mayo, el parque acuático pop-up de la influencer Lola Lolita en Madrid lanzó una oferta laboral insólita. Buscaban a una persona que quisiera pasar el día probando atracciones, dando feedback… y cobrando 1.000 € por ello. Todo organizado a través de InfoJobs.

Más de 20.000 personas se postularon. Y no es casualidad. Porque esta nueva ola de marketing experiencial pone el foco donde debe: en convertir lo aspiracional en accesible. En abrir la puerta al fan. Y en comunicarlo todo en clave de entretenimiento.

Red Bull, el «momento cero» de todo esto

Aunque hoy lo veamos como tendencia, el germen de esta idea lleva décadas latiendo. Si hay que señalar un “momento cero”, muchos coinciden en mirar hacia Red Bull.

En los años 80, la marca austríaca lanzó su programa Wings Team (también conocido como Student Marketeer), en el que jóvenes universitarios eran contratados para representar la marca en campus, fiestas y eventos deportivos. Repartían latas desde el icónico Mini, activaban misiones, interactuaban con su comunidad y vivían Red Bull desde dentro.

No eran influencers ni actores: eran estudiantes reales, con contrato, sueldo y una misión clara —hacer que Red Bull se sintiera parte de la cultura joven. Lo hacían con naturalidad, desde la experiencia vivida, y el contenido que generaban acababa muchas veces siendo parte de las propias campañas de la marca.

¿Te suena? Es exactamente lo que ahora vemos con Adidas, Ibai o Lola Lolita, pero en su versión 2025, viral y multiplataforma.

¿Por qué funciona?

Porque conecta desde lo real, rompe la cuarta pared entre marca y consumidor, y convierte lo promocional en experiencia.

Y, sobre todo, porque en un momento donde las campañas se diluyen entre algoritmos, estas activaciones logran algo que vale más que un clic: la memoria.

Quizás te olvides de un anuncio, pero jamás de aquel día que te pagaron por disfrutar.

En el fondo, lo que estas marcas están cultivando se llama brand embodiment: cuando el consumidor no solo percibe una marca, sino que la encarna. No hablamos de awareness ni de conversión inmediata. Hablamos de generar una relación simbólica, vivencial y duradera. Un tipo de vínculo que ni el mejor copy en redes puede replicar.

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