IGNITE Young Leaders de SITE suma una nueva edición, esta vez virando hacía el norte

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La Espicha
Una espicha es una reunión festiva asturiana en la que se bebe sidra. Se celebra en un lagar (llagar en asturiano) con el objetivo de abrir o «espichar» un tonel o barrica de sidra.
A esta barrica se le llama pipa, un gran recipiente de unos quinientos litros donde el zumo de manzana fermenta durante dos o tres meses. La sidra es la excusa, lo importante de verdad es reunirse. En pie, para incentivar la conversación y ¿el networking?
Calentamos motores
Antes de llegar a Gijón, 40 estudiantes de la Escuela de Hostelería y de la Facultad de Turismo recibieron una formación intensiva de 20 horas sobre el sector MICE, combinando técnica, mindfulness, IA y diseño de eventos con propósito. Tras esta etapa, se seleccionaron 10 alumnos que se unirían a nosotros, jóvenes profesionales del sector, formando un grupo mixto que nos permitiría aprender mutuamente: ellos de nuestra experiencia en “el mundo real” y nosotros de su mirada fresca sobre el destino.
Para conocernos mejor, también a nosotros mismos, todos realizamos el test Gallup para identificar nuestras fortalezas. Estas servirían para crear los equipos de trabajo con los que deberíamos diseñar un fam trip ficticio que presentaríamos al finalizar la experiencia.
¡Despegamos!
El domingo arrancamos con una visita a BIOPARC Acuario Gijón, un espacio que nos permitió mirar el mar desde otro ángulo. Tras una primera bienvenida, pusimos rumbo a Sidrerías Tierra Astur, donde descubrimos cómo escanciar sidra el significado de la palabra “espicha”, un concepto que en realidad era “muy nuestro” sin saberlo. Después, regreso al Abba Playa Hotel para intentar digerir todo lo degustado.
La segunda jornada comenzó con una activación corporal y la bienvenida oficial de Ángela Pumariega, vicealcaldesa, y Daniel Martínez, director de Turismo de Gijón / Convention Bureau. Tras esta introducción al destino, nos adentramos en los Learning Labs, trabajando según nuestras fortalezas y diseñando, por equipos, un fam trip completo, el Gijón Challenge. Pero todavía nos faltaba conocer Gijón desde una perspectiva verdaderamente local, y para ello los estudiantes “infiltrados” nos guiaron a través de una actividad de teambuilding con dinámicas de diseño de eventos que nos llevaron por la ciudad, incluida su maravillosa lluvia.
El martes amaneció con otra activación suave antes de dirigirnos al Museo Pueblo de Asturias en el que descubriríamos Asturias desde su arquitectura tradicional. Allí, David y Javi nos sumergieron en la cultura asturiana —incluso en bable— y nos demostraron que todo puede ser un instrumento si sabes tocarlo. Después, Diamantina y Amador nos enseñaron a jugar a los bolos asturianos, un deporte tradicional que se vive en peñas. Tras una comida rápida, pusimos rumbo al ARTIEM Asturias Hotel, donde su equipo nos recibió para mostrarnos el espacio. Allí tuvo lugar el Elevator Pitch – Gijón Partners Spotlight, con la participación de Tierra Astur, Eteria, El Môderne, Silken Ciudad Gijón y Hotel NH Gijón. La tarde la dedicamos a la última parte del reto, antes del cóctel y la cena final.
Últimas horas, nuevos enfoques
El cierre del programa incluyó una presentación final de proyectos en el Hotel NH Gijón, en un encuentro organizado junto al equipo de Gijón Turismo. Tras la pausa del café, compartimos aprendizajes, un círculo de despedida y un farewell brunch.
Hasta aquí, podría parecer un fam trip casi típico… pero esta edición escondía algo más profundo: el enfoque MICEfulness. En un sector tan acelerado como el nuestro, hablar de meditación parece casi una broma. Pero, como explicaba Elena Altemir, creadora del concepto, el verdadero reto no es mantener el ritmo frenético, sino encontrar el equilibrio para sostenerlo. IGNITE nos invitó justamente a eso: a estar presentes, a escucharnos, a observar el entorno con atención consciente, a descubrir que el impacto profesional también nace del autoconocimiento. De esta manera, mediante las dinámicas de activación de las mañanas y la formación desde el enfoque de nuestras fortalezas, el fam trip no se quedó en intentar descubrirnos el medio, sino que también nos invitó a mirar dentro.
La dimensión más formativa
En lo referente a los estudiantes que nos acompañaron, os diré que fue un gusto conocerlos y poder aprender de ellos. Pese a ser personas jóvenes, a veces perdemos la noción de lo que éramos hace escasos años y recordarlo ha sido muy enriquecedor. Ellos, por su parte, han experimentado la magia de los eventos, esa capacidad que tienen de acercarte a lo que más deseas, de sumarte y de poder vivir mil vidas que no son la tuya, pero que pueden serlo. Se ha hablaba mucho de suerte, su suerte por tener esta oportunidad que muchos no tuvimos, pero lo cierto es que supieron aprovecharlo al máximo.
Y quizá ahí comprendimos aquello de que la suerte no es más que la confluencia entre oportunidad y preparación. Esta lapidaria frase me había rondado durante toda la vida a través de sobres de azúcar, post de Facebook e incluso la propia voz de mi madre, sin embargo, me he dado cuenta de que, hasta ahora, nunca había entendido realmente lo que encierra. Como el que oye sin escuchar o el que ve sin observar, la importancia de la predisposición a crecer y nutrirse de lo que la vida te ofrece es crucial para tener eso que algunos llaman suerte, pero que en realidad tiene mucho más de preparación.

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