4 pasos para medir tu evento
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Establecer el punto de partida. Si se pretende medir a dónde se ha llegado, es imprescindible conocer de dónde se ha partido.
Definir bien los objetivos. Esta es la piedra angular para la medición: definir objetivos concretos que se persiguen y hacer que estos sean medibles. Esto por sí solo ya supone un proceso de mejora y probablemente de reducción de costes.
Segmentar y aislar el evento. Existe una interacción entre diferentes acciones de marketing o comunicación, incluso estímulos externos, que coinciden en el mismo tiempo. Por ejemplo una promoción en el punto de venta, junto con una política de desgravación fiscal y una campaña en TV, hará difícil aislar y medir la eficacia de un evento de lanzamiento de un coche.
Existen métodos para aislar el impacto del evento, como por ejemplo comparar un grupo que ha asistido al evento con otro comparable que no ha asistido, pero aislar completamente suele ser complicado.
Analizar los datos. Tan importante como obtener los datos es interpretarlos y aplicar las conclusiones para focalizar las acciones de comunicación. Es cada vez más necesario para las empresas establecer análisis predictivos que ayuden a conectar los datos de sus diferentes aéreas en la toma de decisiones, extrayendo conclusiones fiables.
Además, los datos deben trasladarse a variables e informes que permitan la comparación con otros ratios de la compañía.