Un evento por tierra, mar y aire de la marca Mercure

Previo al evento, los convocados recibieron un casco de moto a modo de invitación. Esta no desvelaba detalles de para qué serviría el casco, pero indicaba que deberían llevarlo al evento.

Al llegar a Tarragona, les llevaron al Balcón del Mediterráneo para contemplar las vistas costeras junto al anfiteatro romano. Estando allí, de repente, apareció un grupo de moteros sobre flamantes Harley-Davidson…eran los encargados de trasladarlos hasta el hotel Mercure Atenea Aventura en un recorrido de 14 kilómetros, de ahí que la invitación al acto hubiese llegado en forma de casco.  

Tras visitar el hotel, llegaba la segunda sorpresa: Ferrari Land. Una visita privada y, además, la ocasión de probar la aventura de Red Force, la montaña rusa más alta de Europa. Después, fueron al faro de Salou, un lugar con vistas a las tranquilas aguas del Mediterráneo; en este entorno natural, les esperaba The food truck by Mercure para deleitarles con vermuts locales, vinos D.O. Tarragona y un almuerzo compuesto por platos típicos de la zona, como el lingote de escalibada con anchoas y cebolla crujiente y el timbal de “botifarra” negra con confitura de tomate y espuma de sepia. Y de fondo, la brisa marina y una música para relajar los sentidos.

El objetivo de este evento fue destacar las ventajas de la ubicación del hotel, en plena Costa Dorada, y que los asistentes descubrieran cómo la marca se vincula con la cultura local de cada destino en los que está presente.

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