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Los festivales son para el verano: algunas ideas frescas vistas en estos eventos

Los festivales son para el verano: algunas ideas frescas vistas en estos eventos

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Por Elena Lea Son toda una plataforma para que las marcas monten sus activaciones en busca de relacionarse con un target específico, creen experiencias de marca alrededor del territorio de la música y se posicionen en el ámbito de la cultura y del ocio. El verano es la temporada alta de festivales, con citas en cada rincón de la geografía y de todo tipo de música. El asistente ya está acostumbrado a ver espacios de marca y stands en el recinto, así que el reto pasa por ofrecer experiencias diferentes o que le ayuden a vivir el festival de una manera distinta. Aquí van algunas ideas.

De festival en festival todo el verano por la cada a cambio de stories. Brugal de la mano de Tangoº lanzó este verano la acción Festivaleando con Brugal por la que dio trabajo a 50 jóvenes convirtiéndoles en Fest Masters y poder ganar dinero haciendo lo que más les gusta: ir de festivales. De los 15.000 candidatos que se registraron en la web la marca seleccionó a estos 50 expertos en cómo vivir intensamente un festival para que pasaran el verano de ruta por el Weekend Beach, Mad Cool Festival y No Sin Música con los gastos pagados y una remuneración de 1.500 euros. A cambio, contar su experiencia en redes sociales a golpe de post, stories y hashtags en sus redes sociales.

DCODE recluta nuevas generaciones de festivaleros: ‘kids are welcome’. Porque no todo son millennials en los festivales y los más que treintañeros con niños también quieren “conciliar” música y peques, en el festival DCODE quisieron facilitar la vida a este target con el espacio DCODE Kids donde habrá una programación específica para niños en horario de mañana y tarde. Los futuros Dcoders acompañados de sus padres disfrutaron en el escenario DCODE Kids de la actuación de The Lucky Dados, pudieron participar en talleres donde construir su guitarra de cartón, hacer un póster musical, educar el oído conociendo a grandes como  Elvis Presley, Patti Smith, Björk o David Bowie. En un espacio donde no faltaron los cambiadores, cojines de lactancia, pufs para descansar y también poder solicitar el préstamos de protectores auditivos para los peques. La idea era poner fácil a los papás el ir al festival, incluso con sus hijos y pasar un día en familia: los niños menores de 10 años entraban gratis y los padres podían salir y volver al recinto hasta las 20:00 horas para dejar a sus hijos en casa.

Foto: Mónica Arévalo

Un espacio para la reivindicación y declaración de intenciones de Absolut. La marca aprovechó su presencia con espacio propio en festivales como el Sónar o el BBK Live para desarrollar la acción Absolut Manifiesto reivindicando la libertad personal, el amor y la sexualidad a través de la creatividad y la música. Para ello montaron el Absolut Manifesto Headquarters donde repartían entre los asistentes bandanas y calcomonías con mensajes de protesta. Frases y mensajes que se visualizaban también en las cajas de luz y los cubos modulares que formaban el espacio de Absolut. ¿El resultado en leads del manifiesto? 100.000 consumiciones, 300.000 visitantes y más de 800 posts en redes sociales.

Stands for music: el stand creativo (y con tobogán) de Beefeater que se pasea por los festivales. La marca eligió a la agencia Virtue y los festivales Mad Cool y BBK para montar una entretenida activación que permitía al público customizar vinilos, crear su canción o carátula personalizada y expresar la emoción del momento estampando camisetas con sus propios mensajes.

Se trataba de un stand de gran tamaño, con dos pisos, para ofrecer un rato de descanso y diversión entre concierto y concierto. En la planta inferior del stand se encontraba la zona Vynil Factory donde estaba situada la barra y el estudio técnico en el que se creaban los vinilos y donde los usuarios recogían sus creaciones ya acabadas mientras degustaban uno de sus combinados de Beefeater. En la zona de arriba estaba el Record Studio, donde los participantes grabaron sus mensajes a través de una web app que los transformaba en música al instante y donde también se hacían la foto que personalizaría la portada del vinilo. Y como no podía faltar, un tobogán que conectaba ambas zonas y mediante el que los usuarios se tiraban para recoger sus vinilos acabados.

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