5 drops que marcaron la temporada navideña

Compartir noticia
Escuchar
1. Lush y Snow Fairy: cuando el marketing sensorial crea un ritual colectivo
Si conoces Lush, sabes que Snow Fairy no es “una fragancia más”: es la fragancia. Ese olor dulce, rosa e inconfundible se ha convertido, para millones de mujeres, en un pequeño ritual que marca la llegada del invierno.
Lush ha logrado transformar un producto estacional en equity emocional gracias al marketing sensorial: olor, color, textura y atmósfera trabajan juntos para crear un universo propio. Y cada diciembre, ese universo aparece de nuevo: pop-ups tematizadas, “grutas” efímeras y decoraciones rosas que convierten sus tiendas en un pequeño mundo fantástico.

2. Peldanyos: el creador que convirtió su viaje gastronómico por España en un calendario de Adviento
Peldanyos —Sergio Bolaños, uno de los creadores gastronómicos más influyentes de TikTok y YouTube— ha hecho varios drops antes, pero estas Navidades ha querdido ir un paso más allá: transformar su serie viral sobre gastronomía española en un producto físico con narrativa propia.
Durante meses recorrió todas las comunidades autónomas probando sus platos más emblemáticos. Y ese storytelling lo llevó a un calendario de Adviento bajo su marca Sugar Papi: 24 bombones, cada uno inspirado en un sabor típico de cada región. Un ejemplo perfecto de narrativa transmedia, donde el contenido digital evoluciona en una experiencia tangible.
Los sabores no son precisamente convencionales: rebujito, horchata con naranja, paparajote murciano, ponche segoviano… incluso un bombón de migas extremeñas con crujiente de migas y ganache de chorizo, uno de sus favoritos por lo “rompedor” del concepto.
El calendario imita la puerta de una nevera española, y cada ventanita es un imán con un guiño visual a cada comunidad: desde una cigüeña para Extremadura hasta otros símbolos locales. Día a día, Peldanyos desvela cada bombón en sus redes, convirtiendo el drop en una experiencia compartida por miles de personas.
3. Nike Kobe 6 “Grinch”: la zapatilla que convirtió un partido de Navidad en un icono
Hay drops que nacen de una estrategia, y otros que nacen de un momento. La Nike Kobe 6 “Grinch” pertenece a la segunda categoría.
El modelo se volvió legendario cuando Kobe Bryant lo estrenó en el partido del Día de Navidad de la NBA en 2010. Ese verde intenso, inspirado en el personaje de Dr. Seuss, y la textura tipo “mamba” quedaron grabados como una de las apariciones más memorables del jugador. Desde entonces, las “Grinch” se convirtieron en una de las sneakers más reconocidas —y deseadas— del universo Kobe.
A lo largo de los años, Nike ha relanzado versiones de este modelo, como las propuestas “Protro”, siempre en cantidades limitadas y casi siempre alrededor de finales de año. Esto ha reforzado su estatus dentro de la cultura sneaker, donde se considera un ejemplo claro de estrategia de scarcity bien gestionada: un diseño cargado de significado, ligado a un momento icónico, y que reaparece solo en ocasiones puntuales.
Más que una zapatilla, las Kobe 6 “Grinch” funcionan como un puente entre deporte y cultura pop, un recordatorio de un jugador irrepetible y de un instante navideño que marcó a toda una generación.
4. Tiffany & Co. × Andy Warhol: un drop navideño basado en arte y archivo
Durante finales de los años 50 y principios de los 60, Andy Warhol ilustró una serie de tarjetas navideñas para Tiffany & Co. que fueron ofrecidas cada diciembre en su tienda de la Quinta Avenida.
En la temporada de fiestas de 2022, Tiffany lanzó una colección limitada inspirada en esas ilustraciones originales de Warhol: incluía cartas de felicitación, vajilla (bone china), platos de postre, adornos, y un calendario de adviento especial.
Es un claro ejemplo de heritage marketing: una marca de lujo que rescata su propio archivo, lo mezcla con arte pop icónico y lo transforma en un producto emocionalmente cargado para la Navidad.

5. Balenciaga: el lujo que se apropia del jersey navideño “feo”… y lo convierte en un gesto cultural
Ya sabemos cómo es Balenciaga: provocadora, irónica, amante de lo exagerado. Y en unas fiestas dominadas por el brillo, los renos y la purpurina, era cuestión de tiempo que la marca quisiera su propio lugar en la mesa… aunque, fiel a su estilo, lo hiciera rompiendo las reglas.
En los últimos años, varias marcas de lujo —entre ellas Balenciaga— han reinterpretado el clásico ugly Christmas sweater: esos jerseis navideños intencionadamente horteras, llenos de colores imposibles, renos pixelados o copos gigantes. Lo que empezó como una broma cultural anglosajona se volvió tendencia global… y el lujo decidió apropiárselo.
Balenciaga lo llevó a su terreno: tejidos premium, confección de alta gama y motivos deliberadamente kitsch, pero elevados al estatus de prenda “de autor”. No es que la marca se sumara a la fiebre del jersey feo: la transformó en un statement. Es su forma de decir: la Navidad también puede ser un acto de ironía.
Tiene sentido dentro de la identidad de la firma, que desde hace años juega con lo que en moda se considera “feo” para convertirlo en objeto de deseo. Así, el jersey navideño —símbolo universal de lo cursi— se convierte, bajo su visión, en una pieza aspiracional y comentada.

Cuando la edición limitada es la emoción
Estos ejemplos muestran algo clave: un buen drop no se limita a lanzar un producto, sino a diseñar una experiencia que la gente quiera recordar. Ya sea a través del olor, del sabor, de la historia o del símbolo cultural, todos activan un vínculo emocional que va más allá de la compra.
Para quienes trabajan en marketing, contenidos o creación de marca, la lección está clara: la magia no está en la edición limitada, sino en la narrativa que la sostiene.
Y la Navidad, con toda su carga emocional, es el escenario perfecto para demostrarlo.









