Skip to content

Cuando el drop se convierte en un viaje: del producto al recuerdo

Cuando el drop se convierte en un viaje: del producto al recuerdo

Compartir noticia

3 min. de lectura

Escuchar

Los TikTok Awards 2025: lo digital también es cultura Snapsight aplica la IA para que el contenido del evento no se pierda El RCDE presenta un nuevo modo de vivir el fútbol: así es Corporate Chill- Out
Durante años, el término drop —un lanzamiento limitado, sorpresivo y efímero de un producto o colección— ha estado asociado a la exclusividad, al FOMO como estrategia de marketing y a largas colas virtuales. Pero en los últimos tiempos, algunas marcas están yendo más allá de la escasez como reclamo para convertir ese momento en algo mucho más poderoso: una experiencia en sí misma. Y es ahí donde la magia ocurre. Porque un drop no solo puede vender producto, también puede crear comunidad, proyectar valores y dejar una huella emocional.

De la prenda al paisaje: Pucci y Fusalp en St. Moritz

El invierno pasado, las marcas Pucci y Fusalp no se limitaron a anunciar su colaboración con una nota de prensa y una campaña visual. Decidieron hacerlo en St. Moritz, en medio de un paisaje que hablaba el mismo lenguaje que su colección: sofisticación, evasión y elegancia deportiva. Durante dos días, un grupo selecto de invitados vivió la marca desde dentro: esquí en pistas privadas, cenas a la luz de las velas, un pop-up con la colección cápsula y una atmósfera envolvente en la que todo —desde el entorno hasta el dress code— era parte del relato.

Este tipo de acción no se entiende sin presupuesto, claro. Pero el verdadero valor de esta experiencia no fue el lujo en sí, sino cómo el drop se convirtió en una historia que los asistentes pudieron vivir, sentir y luego compartir. Porque cuando el producto se contextualiza en una vivencia, se vuelve más que moda. Se vuelve recuerdo.

Cómo SKIMS convierte cada semana en un acontecimiento

En el otro extremo, lejos de los Alpes suizos, una marca como SKIMS ha llevado la fórmula del drop a un terreno mucho más cotidiano… pero igual de eficaz. Con lanzamientos semanales y una comunicación basada en la transparencia, la marca de Kim Kardashian ha conseguido fidelizar a una comunidad que no solo compra, sino que espera, comenta, desea.

Y es que en el caso de SKIMS, la experiencia no está tanto en el momento del evento físico como en la narrativa digital: vídeos en el backstage, teasers en redes, storytelling cercano y una sensación de acceso directo que convierte cada drop en una pequeña celebración compartida. Aquí, la exclusividad no viene del elitismo, sino de la sensación de estar dentro. De pertenecer.

Nil Ojeda y Vicio: un juicio que se convirtió en espectáculo

En febrero de 2025, el creador de contenido Nil Ojeda y la cadena de hamburgueserías Vicio llevaron la estrategia del drop a un nuevo nivel con una campaña que combinó teatralidad, humor y participación del público. Todo comenzó cuando Ojeda anunció en sus redes sociales que enfrentaría su «primer juicio», invitando a sus seguidores a asistir al evento en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona. La convocatoria generó una gran expectación, y muchos fans se presentaron en el lugar, intrigados por la naturaleza del juicio.

Sin embargo, lo que parecía ser un procedimiento legal resultó ser una elaborada puesta en escena para presentar la colaboración entre la marca de Ojeda, Milfshakes, y Vicio. Durante el «juicio», se debatió la legalidad de su nuevo menú «H***Y MILF(shakes)», una parodia del «Happy Meal», que incluía una hamburguesa picante, patatas fritas, un mini batido de tres leches, una bebida y una figura coleccionable. La sesión estuvo llena de momentos cómicos, como la renuncia del abogado defensor y la intervención del artista urbano Ben Yart, quien defendió a los acusados.

La campaña culminó con la jueza dictando una sentencia peculiar: que Vicio y Milfshakes debían lanzar una hamburguesa como esa cada año. Los asistentes pudieron degustar el nuevo menú en un ambiente festivo, convirtiendo el evento en una experiencia memorable que trascendió el simple lanzamiento de un producto.

Lo que las marcas están entendiendo

Estos ejemplos —tan distintos entre sí— tienen un denominador común: entienden el drop no como un fin, sino como un medio para crear emoción, comunidad y conexión. Ya no basta con generar escasez artificial o apelar a la urgencia de “compra ahora o nunca”. El consumidor actual quiere algo más: formar parte de una historia, sentirse especial, recordar una vivencia.

Y en un sector como el de los eventos, esto es oro. Porque los profesionales de los eventos no solo gestionan logística: construyen atmósferas. Y ahí es donde los drops experienciales ofrecen un territorio inmenso por explorar. Desde lanzamientos de producto que se viven como aventuras hasta activaciones efímeras que se convierten en destino, la clave está en diseñar momentos con alma.

Una oportunidad para agencias y marcas en busca de diferenciación

El reto ahora es cómo trasladar esta lógica a nuestro terreno: el de los eventos corporativos, de marca o institucionales. ¿Y si el lanzamiento de una nueva política interna se viviera como una experiencia inmersiva? ¿Y si un rebranding se celebrara con una pop-up emocional en lugar de una newsletter? El potencial es enorme, pero requiere creatividad, visión estratégica… y atreverse a salirse del molde.

Porque, en el fondo, no se trata de hacer drops por moda. Se trata de convertir cada acción de comunicación en una experiencia vivida. Y cuando eso ocurre, lo que se lanza ya no es solo un producto o una campaña: es una historia compartida. Y eso, en un mundo saturado de impactos, marca la diferencia.

Noticias relacionadas

Ver todas las noticias
Eventoplus