De la botella al bolso: cuando el co-branding se convierte en experiencia cultural

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¿Un bolso de aceite? Sí. Y funciona
El reto era claro: reconectar a los jóvenes con el aceite de oliva virgen extra, en un momento en que el consumo entre menores de 35 años está bajo mínimos. En lugar de insistir con los mensajes de salud o tradición, la Interprofesional del Aceite de Oliva Español decidió moverse en otro terreno: el del deseo, el diseño, la estética millennial.
El resultado fue una pieza de moda firmada por Palomo Spain: un bolso enrollable, hecho en Ubrique, diseñado para contener una botella de AOVE. Solo se produjeron 40 unidades. Una edición limitada que transformaba un alimento cotidiano en objeto de culto. El mensaje era claro: el aceite es parte de nuestro estilo de vida, merece su lugar en la calle, en la mano, en la mirada.

El lujo está en la calle (y en la conversación)
El bolso no se vendía. Se presentaba. Se lucía. Y, sobre todo, se activaba en contextos reales. El momento clave: la aparición de Aitana, icono pop generacional, paseando por Madrid con el bolso de AOVE. No fue un simple placement, fue una intervención estética en el espacio urbano que hizo explotar las redes.
La acción se completó con una experiencia exclusiva en formato showroom, donde medios, prescriptores e invitados pudieron conocer el bolso, degustar aceite de oliva de alta gama, probar reinterpretaciones gourmet de platos tradicionales y asistir a un diálogo entre gastronomía, diseño y cultura.
Durante el evento, celebrado en el centro de Madrid, el diseñador Alejandro Gómez Palomo presentó su bolso cápsula inspirado en el AOVE ante prensa e influencers. El chef Paco Roncero ofreció un showcooking en el que versionó su “bocadillo perfecto”, reinterpretado como menú completo con el aceite de oliva como ingrediente protagonista en cada plato. La experiencia fue diseñada por las agencias CYW y AcentoenlaCé, responsables también de la estrategia de PR e influencer marketing, y contó con invitados como Juan Avellaneda o Abel Planelles. Todo ello enmarcado en la campaña #ElComplementoPerfecto, que se amplificó en exteriores y televisión, y que sortea 40 unidades del bolso a través de una landing especial.

Cuando las marcas no se visten, se piensan
Aquí no hubo pegatina de logo ni intercambio de followers. Hubo co-creación de valor narrativo. Palomo Spain no vistió el aceite: lo reinterpretó desde su universo. Y AOEVE no usó la moda como decorado, sino como canal legítimo para entrar en una conversación cultural. La sostenibilidad, el territorio, la artesanía, el diseño… todo estaba ahí, sin subrayados, sin didactismos.
Y el evento no “presentó” nada. Puso en escena una idea. Una forma de mirar lo cotidiano con otros ojos. Esa es quizá la lección más potente para quienes trabajamos en el mundo de las experiencias: cuando una marca no sólo se muestra, sino que se piensa, cuando la estética se alinea con un propósito auténtico, el resultado es algo que deja huella.








