Decálogo del evento sin cringe: humor, empatía y sentido común en tiempos de TikTok

Compartir noticia
Escuchar
1. La diversión no se impone (ni se grita por micro)
El “¡vamos, que nos lo estamos pasando genial!” nunca ha funcionado. Obligar a pasárselo bien suele tener el efecto contrario. La clave está en crear entornos con libertad, variedad y cero presiones.
2. El humor es delicado: mejor medirlo que lamentarlo
Lo que hace reír a unos puede incomodar (o directamente molestar) a otros. Evita las bromas internas, imitaciones forzadas o el clásico “imita a tu jefe”. Si no estás seguro de que hará gracia, no lo hagas.
3. Clichés corporativos: mejor, dejarlos en 2010
Pulseritas, bailes de TikTok mal integrados, letras de canciones con nombres de jefes… todo eso puede desconectar más que unir. La autenticidad gana siempre al show artificial.
4. Adultos, no adolescentes con corbata
Escape rooms, karaokes o gincanas pueden funcionar muy bien… si están alineados con el perfil del grupo, su energía y sus ganas reales. De lo contrario, pueden hacer que el evento se sienta más como una fiesta escolar que como una experiencia profesional.
5. ¿Y si preguntamos antes de programar?
No todo el mundo quiere saltar, bailar o compartir su vida personal en público. Diseñar con empatía empieza por escuchar: edad, cultura, contexto del equipo y, sobre todo, sus ganas reales. La personalización no se improvisa: se construye conociendo bien al grupo.
6. Silencio: el gran olvidado del engagement
No todo el mundo quiere hablar, aplaudir o participar activamente. Y está bien. La participación genuina no nace de la presión, sino de sentirse a gusto. Respetar el ritmo de cada persona —los tímidos, los cansados, los que prefieren observar— es respetar la diversidad del equipo. La conexión real no necesita megáfono.
7. Si vas a hablar, que sea para mover algo (por dentro)
Nada desconecta más que un CEO hablando 20 minutos de cifras antes del cóctel, o forzar a la audiencia a aplaudir, hablar o compartir cuando no lo desea. La participación auténtica no nace de la presión, sino de sentirse cómodo. Si hay que hablar, que sea con propósito y emoción. Y si alguien prefiere observar en silencio, respétalo: también está participando a su manera.
8. Menos logo, más marca: que se sienta, no que se repita
Sí, el logo debe estar. Pero no en cada esquina, en cada slide, en cada taza o servilleta. La marca no se impone visualmente: se transmite a través de la experiencia. Y si hay que elegir, mejor que se sienta a que se vea.
9. Vívelo primero, grábalo después (si te nace)
La obsesión por la foto perfecta puede hacerte olvidar a las personas reales. Diseña momentos que merezcan ser vividos primero… y que, si alguien decide grabarlos, lo haga porque le nació de forma natural. La experiencia va antes que el contenido.
10. La empatía es la nueva estrategia
Detrás de cada asistente hay una persona con su historia, su energía, su contexto. Diseñar con empatía no es blando: es actual, es inteligente y, sobre todo, es eficaz. Es lo que marca la diferencia entre un evento más… y uno que te hace decir: ‘Este evento, sí».
Diseñar con cabeza, emocionar con alma
Los eventos que dejan huella en 2025 no son necesariamente los más espectaculares, sino los más humanos. Los que respetan, escuchan, inspiran. Porque en un mundo donde todo se puede grabar, compartir o cancelar… el sentido común, la empatía y la autenticidad son tus mejores aliados.


![[PODCAST] Creatividad experiencial, qué frena al sector y qué debemos mejorar](https://www.eventoplus.com/wp-content/uploads/2025/12/creatividad-1.jpg)






