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Cómo el design thinking puede ayudarte a crear eventos más innovadores

Cómo el design thinking puede ayudarte a crear eventos más innovadores

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Por Elena Lea Los miembros del Club eventoplus dedicamos una sesión de nuestros habituales encuentros a pensar en eventos más innovadores, a crear una mejor experiencia al asistente, con lo que tocaba dedicar una mañana a pensar de forma diferente y conocer algunas claves para la ideación de soluciones innovadoras. Para ello, Rafael Martínez, de la consultora A Piece of Pie, nos llevó hacia una primera inmersión en la técnica del design thinking. Te traemos un resumen de su sesión y algunos aprendizajes.

El design thinking es una metodología enfocada a desarrollar la innovación en las organizaciones centrándose en las personas, teniendo en cuenta sus necesidades y sus problemas. La aplicación práctica en eventos casi viene sola, al trasladar esta idea de centrarse en la persona, en el asistente (confesémoslo: a menudo nuestro sector se centra más en la gran idea, la escenografía o lo que dirá el director, que en el asistente). Las necesidades de nuestro asistente y su persona serán el punto de partida para generar las ideas que usaremos en el diseño del evento. Un proceso de ideación en el que se prima la cantidad frente a la calidad, donde las ideas no son juzgadas y donde está permitido fallar, preguntar o plantear ideas locas (ya habrá tiempo de rebajar esa locura a la hora de materializar la idea). Otra clave del design thinking en el proceso de ideación es el poder visualizar esas ideas. Muchas veces nos surge algo que es complicado expresar con palabras o pierde su esencia al comunicarla oralmente. ¿Por qué no dibujarlo, expresarlo con mímica o incluso generando un sonido o ritmo? El design thinking tiene la noción de prueba, de maqueta justo en su centro y tiene sentido intentar concretar la experiencia del asistente más que solo comentarla con palabras abstractas.

Teniendo en cuenta estas directrices, ha llegado el momento de ponerse a idear el evento real. ¿Cómo realizar esta ideación basado en las necesidades del asistente? Para ello se sigue un proceso, que partiendo del asistente, da con una buena colección de ideas posibles a implementar en el evento. Persona. El concepto de buyer-persona del ámbito del marketing se traslada aquí para crear el prototipo de nuestro asistente, definiendo sus características principales: inquietudes, intereses, deseos. Sobre todo, lo más importante es identificar cuál es la necesidad que le mueve a acudir al evento, por qué asiste. El concepto de ‘persona’ (cómo se utiliza en inglés, es decir como la materialización muy detallada de un segmento del público) supone describir el asistente-tipo como una persona concreta, con nombre, cargo, situación, aficiones, haciéndole así ser mucho más concreto.

Customer journey. Es la experiencia que vivirá nuestro asistente durante todo el evento; incluyendo el pre y posevento. Habrá que repasar en este recorrido cómo se siente desde que recibe la convocatoria hasta que regresa del evento. Desde identificar los puntos clave del mismo, dónde introducir el momento wow! del evento, qué queremos hacer sentir, qué mensajes lanzar, en qué momento, lo que se llaman los ‘touchpoints’, esos momentos clave en los que impactar o llegar al asistente de una forma especial. Para visualizarlo mejor, puedes ir colocando post-its de forma correlativa marcando cada momento del evento o hacer un storyboard que será un primer boceto de tu evento señalando dónde y cómo se encuentra tu asistente en cada momento del evento. Se trata de crear una línea emocional que identifique las expectativas, deseos (‘love points’) del asistente, y también sus problemáticas, dificultades, fobias o limitaciones (‘pain points’). De estos ‘love/pain point’ habrá que centrarte es un ‘pain point’ del asistente que se quiera solucionar para mejorar así su experiencia en nuestro evento.

Escenario catástrofe. El ‘pain point’ identificado anteriormente se lleva al extremo para recrear el escenario de una situación que se puede dar en nuestro evento. Este ‘ponerse en lo peor’ nos lleva a anticipar posibles desastres pero, sobre todo, nos ayudará a sacar ideas y soluciones que nos permitirán enriquecer la experiencia del asistente. De evitar lo malo, se puede llegar a concebir lo bueno.

Ideación. Es el proceso de generación de ideas que salen de ese escenario catastrófico. Cuantas más ideas surjan, mejor; en este punto se prioriza la cantidad a la calidad. Las ideas no se juzgan ni se descartan, simplemente se ponen en común y el resto de equipos apoya o pone en valor la idea, añadiendo otras que la pueden complementar. Posteriormente se priorizarán y categorizarán.

Este es solo un avance del informe completo que recibirás en los próximos días en tu mail, con herramientas, técnicas y dinámicas para poner en práctica esta forma de innovar en tus eventos.

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