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Sostenibilidad y responsabilidad social · Madrid,Bilbao,Francia,Murcia

Festivales: el alma sostenible a golpe de música

Festivales: el alma sostenible a golpe de música

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Gala Alberdi
Furor de nuevos hotelazos en España: ¿los conoces? Nace ‘Dentsu Creative Iberia’, nueva agencia creativa en España y Portugal San Valentín: un laberinto de pasiones… ¡y de eventos!
Son el rey de los eventos, son los eventos de todos los superlativos… y lógicamente estas bestias que son verdaderas ciudades efímeras, están cuestionadas por su impacto medioambiental. Así que lógicamente, abrazan la sostenibilidad como algo estratégico. Vemos unos ejemplos… y vemos también que son una herramienta muy potente de cambios de mentalidades. No cuestionemos los festivales, ¡mejorémoslos!

Fan Futura, un festival sostenible en defensa del Mar Menor murciano

El festival se convirtió en el primer festival con certificado de sostenibilidad de la Región de Murcia, ofreciendo una apuesta musical con la posibilidad de disfrutar de una programación de actividades paralelas centradas en la sostenibilidad. ¿Qué hacen?

  • Circularidad. La reducción de los residuos y la reutilización de los materiales está presente en toda la producción técnica. Se construirá con piezas de desecho, se aprovecharán los elementos producidos en ediciones posteriores y se primará el alquiler de infraestructuras y de mobiliario. Las lonas de los escenarios no contienen PVC y han sido impresas con tintas ecológicas.
  • Recursos sostenibles. La reducción del uso de plásticos de un solo uso –platos y cubiertos, vasos, agua para el personal de producción, cápsulas de café– y el empleo de materiales con baja ecotoxicidad, como tintas ecológicas, pintura al agua, papel de origen forestal sostenible y productos de limpieza con etiquetado ecológico, también figuran en la agenda ‘verde’ de FAN FUTURA, así como un uso racional de la iluminación, de tipo led, y el empleo de electrodomésticos de alta eficiencia energética en las barras.
  • Proximidad. Un servicio de hostelería basado en los productos de km0, con opciones veganas, vegetarianas y para alergias e intolerancias. Contratación de proveedores y empleados locales.
  • Inclusión social. Eliminación de barreras para personas con movilidad reducida, diversidad e igualdad de género, integración de colectivos en riesgo de exclusión. Se cuidan también, para el personal del festival, las condiciones de seguridad y descanso.
  • Legado. El festival compensará sus emisiones de CO2 mediante la plantación de vegetación autóctona por parte de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), una acción que financiará dos actuaciones de conservación de fauna y flora en el entorno del Mar Menor que llevará a cabo Ecologistas en Acción.

Bilbao BBK Live: una dimensión social y laboral potente

Bilbao BBK Live se ha marcado como objetivo ser la herramienta de difusión, concienciación, arraigo y punto de partida de un compromiso constante y duradero con agenda 2030. “Estamos focalizados en la sostenibilidad de nuestros festivales, tanto desde una perspectiva medioambiental como social”, nos señala Gabi Salaverry, director de marketing de Last Tour, organizador del festival y desde hace poco, empresa B-Corp.

Si bien muchos actores están “quitando el plástico”, pocos son tan activos que ellos en el campo social y laboral. Específicamente en este campo (sin citar sus acciones medioambientales), podemos citar:

  • Educación de calidad: formación directa para puestos auxiliares, fomento de contratación de primeros empleos, con la formación correspondiente.
  • Igualdad de género: line Up 66% hombres, 28% mujeres, 6% grupos mixtos;  equipo de trabajo (oficina + trabajadores festival) 55% vs 45% hombres.
  • Protección de la mujer. Ubicación del festival de punto morado; protocolo contra agresiones sexistas en espacios de ocio festivo.
  • Trabajo decente: contratación directa del personal, impacto económico de 24,3M en la ciudad, fomento de la economía local alianza con comercios innovadores de Bilbao (CiB).

Hacen esto en colaboración con ONGs, por ejemplo con la formación a personas en grupo de riesgo de exclusión con la Fundación Padeia; o donando al Banco de alimentos de Bizkaia del recargo de los vasos retornables y del sobrecargo de cada invitación al festival.

El festival más responsable de Francia provoca el cambio

El festival Le Crussol recibió el trofeo al evento eco-responsable otorgado durante el encuentro Objectif Green. Lo organiza la agencia Anthakarana (que integra enfoques de RSE para optimizar sus impactos ambientales y sociales) y colabora en el festival con la Fundación Good Planet. El Festival es un encuentro musical eco-ciudadano iniciado en 2017. Reúne al público, asociaciones y empresas en torno a un rico programa en Saint-Peray (Ardèche), un lugar excepcional clasificado Natura 2000*, con vistas al valle del Ródano.

Este encuentro tiene un enfoque ambiental y social para promover el intercambio, el respeto por la diversidad y la variedad cultural. Entre los conciertos hay ratos libres donde la gente participa en talleres y debates. El público se reúne en torno a espacios asociativos para construir una sociedad solidaria y sostenible, gracias a animaciones instaladas en una aldea ciudadana.

  • Integra en su cadena de valor a los actores institucionales asociativos, económicos y territoriales para involucrarlos en su organización y acelerar el tejido económico local.
  • El 80% de los proveedores se encuentran en un radio inferior a 120 km del recinto.
  • El 100% de los proveedores de alimentación se encuentran en un radio de 50km.
  • Gestión del agua: eliminación de botellas de plástico, distribución gratuita de botellas de agua, 76m3 de agua ahorrados en 2022 gracias, entre otras cosas, a la instalación de baños secos.
  • Instalaciones ligeras, realizadas con materiales reciclables (principalmente madera), clasificación de residuos de montaje y desmontaje para optimizar los flujos de material.
  • Escenografía que integra la idea de upcycling.
  • Prohibición del uso de plástico de único uso.
  • El evento se abastece con energía 100% verde y limita las emisiones de gases de efecto invernadero gracias a la eliminación de generadores.

Olivier Malinaud (director general de la agencia Anthakarana, que lo organiza) nos explica su proyecto de cambio de mentalidades. “Vengo de la gestión de bienes comunes (estrategia territorial y ambiental) y en 2014 con la cantante Zaz, queríamos juntar el mundo artístico y mi mundo de desarrollo sostenible, que tenía un lado un poco pesado (visto como caro, inaccesible, complicado)”.

¿Por qué un evento como un festival es la buena plataforma de cambio? “Los eventos permiten cambiar el comportamiento de una manera que durará todo el año”. El impacto viene de… “la emoción. Los expertos y políticos provocan ansiedad: dicen que necesitamos desarrollo sostenible porque los recursos son finitos, la humanidad va a morir… Pero podemos ver esto como un nuevo desafío, y los eventos crean la emoción que nos hace ver las cosas de una manera constructiva. La alegría del Día D nos hace pensar que es posible, nos da ganas de reinventarnos”, además con el efecto de ser una comunidad durante unos días. Los puestos de debates que ofrece el festival permiten cambiar mentes. “Viene gente para la música, pero entre conciertos hay ratos libres donde la gente participa en talleres y debates. La convivencia del festival hace que participe mucha gente”.

Rototom: cómo el ‘festival más sostenible’ de España muestra lo que puede aportar un evento

El compromiso medioambiental y social de Rototom Sunspash, el gran festival dedicado al reggae (más de 210.000 asistentes), se puso en marcha desde su primera edición en 1994 y tras años puliendo este compromiso, ha recibido el premio al festival más sostenible de España en los Premios Fest 2022. Hablamos con Fiachra McDonagh, su responsable de sostenibilidad y  comprobamos una idea muy potente: un evento puede tener no solo reducir mucho su impacto negativo (contaminación…), sino que puede tener un impacto positivo considerable.

  • Libre de plástico. Empezaron temprano, en 2007, utilizando material compostable de un solo uso, pero esto suponía residuos que había que recoger. En 2015, pasaron a un modelo de vasos reutilizables, con un pago de “garantía”, pero esto provocó una especie de economía paralela, así que ahora se vende un vaso de plástico reciclado y que tiene detalles que hacen que sean piezas de colección. Al salir, la gente puede devolver los vasos y esto alimenta la recaudación de fondos para la iniciativa del año (según los años, un proyecto de investigación sobre el sida, otro año Greenpeace, otro año Open Arms…) y darle también visibilidad.
  • Menos energía, más limpia. La mayor parte del recinto se alimenta de energía eléctrica, y se requieren pocos generadores (solo como backup en caso de ruptura de alimentación). El festival depende de la red eléctrica (un 50% de electricidad renovable). También han pasado a iluminación LED en todas las áreas, reduciendo un 30% el consumo de energía de los escenarios y un 80% el del resto del recinto. Es además el primer festival en medir y certificar su huella de CO2 (proyecto de Global Omnium, certificación reconocida por AENOR), y con proyectos de reforestación compensan la huella directa que no han podido evitar.
  • El agua. Para reducir el consumo, además de poner limitadores de aspersión,han construido dos depósitos de 2.000 litros bajo tierra para reciclar el agua de duchas y lavabos que después de filtración, alimenta los inodoros de los baños. Y ofrecen agua potable sin coste.
  • Recogida selectiva. Ofrecen contenedores para plástico/metal, papel, vidrío, y basura general, y esperan integrar contenedores para orgánico. Otra manera de evitar desperdicio es con un sistema de trueque en el camping para que la gente done a / intercambie con otra persona.
  • Movilidad sostenible. Apostan por el transporte público o colectivo, habilitando una línea de buses que enlaza durante las 24 horas con Benicàssim y sus playas, y con transfers al aeropuerto. También animan a compartir vehículo, y ofrecen en el recinto, un servicio de alquiler de bicicletas.

Más allá de estas medidas de reducción de la contaminación o del desperdicio, el festival quiere aportar a la comunidad local… así que seguimos con las medidas.

  • Conectar con causas locales. El festival colabora con casusas: acciones de limpieza de playas; colaboración con el Banco de Alimentos para recuperar la comida no consumida, además de donaciones directas. Y un 20-30% de los beneficios del festival se invierten en asociaciones.
  • Facilitar la asistencia. Para facilitar la entrada de públicos menos habituales, los menores de 18, los mayores de 65 y las personas con discapacidad pueden entrar con acompañante, sin coste.
  • Sensibilización. En el festival se tratan temas sociales (hay charlas, tienen stands, etc.). Este año por ejemplo el tema era “united for peace” y el festival contribuye así al diálogo y al entendimiento de los retos de la sociedad.

En el festival se tratan temas sociales (charlas, stands…)

  • Productos locales. El festival fomenta la compra de productos locales, desde la alimentación a la logística. Y a la hora de comprar materiales de construcción, iluminación, cableado o mobiliario, acuden en la medida de lo posible a proveedores locales.
  • Pero lo más importante: sensibilización y un nuevo modelo turístico. Lo que vemos en estas medidas es un festival que reduce su impacto negativo (energía, desperdicio…) pero sobre todo que deja el destino, y los festivaleros, mejor que antes. Deja un legado en la comunidad local (económico, social…), no daña el territorio, y es una gran experiencia de sensibilización de la cual podemos pensar que los asistentes salen más responsables aún. El evento es una herramienta de sensibilización espectacular (porque experiencial). “Vas por el camping y está todo limpio; no somos nosotros sino los asistentes, que están muy concienciados”, comenta. Por otro lado, “dejamos el sitio tan bien o mejor que lo hemos encontrado”. Resultado: según nos comenta, la recepción de la comunidad local y de las autoridades es muy buena, algo que no era evidente si traes 200.000 turistas de golpe a un destino. La sostenibilidad, ¿el mejor antídoto a la turismofobia?

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