Las 4 quejas más comunes en festivales y las startups que las están arreglando

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Cola-cidio: cuando esperar te mata el subidón
Las colas son el enemigo número uno. Para entrar, para pedir una cerveza, para ir al baño. Según el informe Festival Report de Festicket (2022), un 57 % de los asistentes las identifica como su principal queja. Y no hablamos de unos minutos: hay quien se pierde actuaciones enteras solo por conseguir una bebida.
La startup española FutureChat ha encontrado una vía directa: WhatsApp. Su asistente virtual conversa con los asistentes antes, durante y después del evento. Les avisa de qué barra está menos saturada, lanza mensajes personalizados —“tu cerveza te espera en la barra este”— y reactiva el consumo en horas valle. En un festival reciente, su sistema ayudó a vender 3.000 copas extra en dos días. Sin app. Sin fricciones. Integrado en algo que ya usan a diario.
¿Dónde está el escenario? ¿Y el baño? ¿Y el menú veggie?
No es una gran crisis, pero sí un goteo constante: asistentes que no saben dónde recoger la pulsera, qué entrada usar, a qué hora empieza su artista favorito o si hay menú veggie en algún food truck. Según Eventbrite, el 61 % del público siente que no tiene acceso claro a la información básica durante el festival.
Ahí entra Sherpa.ai, una empresa vasca especializada en asistentes conversacionales con IA. Su propuesta: un sistema que responde desde la app del evento, pero con más inteligencia que un chatbot típico. Aprende del usuario y se anticipa a lo que puede necesitar. No hace falta que preguntes tres veces lo mismo: te lo recuerda antes. Si vas cada año al escenario electrónico, te avisa si hay cambios. Si buscas opciones vegetarianas, te las muestra según tu ubicación. Es atención personalizada, pero sin colas ni personal extra.
El drama del baño
En todas las encuestas sobre eventos masivos, hay una queja que nunca falla: el estado de los baños. Según un estudio de Ticketmaster (2023), el 43 % del público lo señala como uno de los aspectos más negativos de su experiencia.
Algunas organizaciones están empezando a actuar. La startup británica Loowatt ha desarrollado baños secos premium que no requieren agua y funcionan con un sistema de sellado higiénico. Una solución sostenible que reduce el uso de recursos y mejora la experiencia del asistente. Sus unidades llevan sensores que avisan al personal cuando hay que vaciar o limpiar, lo que permite actuar antes de que lleguen las quejas.
Esta tecnología ya se ha utilizado en Glastonbury y otros grandes festivales europeos, con buenos resultados tanto a nivel higiénico como operativo. Una mejora invisible… que el público nota.

“¿Dónde estáis?” (y el grupo de WhatsApp no responde)
La odisea del reencuentro en festivales sigue siendo real. Entre la falta de cobertura, los escenarios duplicados y el clásico “estoy al lado de una torre”, muchos acaban buscando a su grupo más tiempo del que pasan con él.
La startup Totem Labs propone una solución tan simple como funcional: un pequeño dispositivo físico que actúa como brújula inteligente. No necesita GPS, batería ni app. Cada persona lleva su propio Totem —un llavero ligero y discreto— y al activarlo, la flecha se orienta hacia el punto donde está el otro miembro del grupo, usando una tecnología propia basada en radiofrecuencia de corto alcance.
Una señal punto a punto que permite localizar al otro sin depender de redes móviles ni conexión a internet. No rastrea, no recopila datos, y lo más importante: funciona cuando todo lo demás falla.
No hace falta ningún estudio. Casi todos lo hemos vivido. Esa sensación de vagar entre escenarios buscando una camiseta conocida. Si esto evita media hora de búsqueda y una discusión… ya merece su hueco en el festival.
El futuro está en lo que no molesta
Quizá la innovación en festivales no vaya de drones ni NFTs, sino de que todo fluya. Que no haya colas. Que no te pierdas. Que no tengas que preguntar. Que simplemente funcione.
Y cuando eso pasa, ni te das cuenta. Porque el verdadero efecto wow, a veces, está en lo que no ocurre.









