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Marcas que se van de pueblo: 5 activaciones que pusieron a los pueblos españoles en el mapa

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¿Y si para destacar hoy, hubiera que salirse del mapa? Las marcas que se atreven a salir del circuito urbano están encontrando en los pueblos un escenario perfecto: visual, emocional y profundamente real. Hoy te traemos cinco ejemplos que demuestran que la España rural no solo tiene futuro… también tiene marca.

1. Pedraza (Segovia) – Amazon Prime y sus Fiestas del Prime Day

En 2025, Pedraza —conocida por su encanto medieval— se convirtió en trending topic nacional. ¿La razón? Amazon Prime celebró allí su «Fiesta del Prime Day», un evento abierto al público con conciertos (sí, también Kiko Rivera), actividades familiares y muchas sorpresas.

El contraste entre la arquitectura histórica del pueblo y una puesta en escena tecnológica y pop generó un efecto wow inmediato. Pero lo que marcó la diferencia fue el storytelling: Amazon no vendió descuentos, vendió una experiencia. Convirtió un evento promocional en una auténtica fiesta de pueblo —con charanga, luces y hasta pregonero—, consiguiendo emocionar sin perder la marca de vista.

 2.El encanto rural como escenario – Cervezas Alhambra y su ruta “Tiempo de Saborear”

En lugar de elegir un solo pueblo, Cervezas Alhambra diseñó una estrategia itinerante que recorrió distintos enclaves rurales de España bajo el concepto de “Tiempo de Saborear”, su paraguas de branded content alineado con el claim de marca “Sin Prisa”.

Esta serie de activaciones combinaba experiencias sensoriales como talleres de alfarería, catas maridadas, conciertos acústicos o piezas de arte en vivo en entornos naturales y patrimoniales, normalmente fuera del circuito urbano. Entre ellos, pueblos como Frigiliana (Málaga), Laguardia (Álava) o la Sierra de Grazalema, convertidos en escenarios únicos donde lo artesanal y lo local tomaban protagonismo.

¿El objetivo? Refinar el posicionamiento de marca asociándola con lo auténtico, lo cuidado y lo no industrial. En lugar de impactar con volumen, Alhambra apostó por el vínculo emocional: crear recuerdos en entornos donde el tiempo parece detenerse. Una apuesta de slow marketing.

3. Ourense (Galicia) – Adolfo Domínguez y sus “desfiles no desfiles”

En 2019, Adolfo Domínguez decidió volver a casa. La firma gallega eligió el casco histórico de Ourense —su lugar de origen— para presentar su colección otoño-invierno con un formato que rompía las reglas: un “desfile no desfile”.

Nada de pasarela. Nada de modelos profesionales. Sesenta personas reales, de todas las edades y cuerpos, desfilaron por las calles empedradas en una acción performativa que mezclaba moda, música en directo y danza tradicional. El recorrido transformó plazas como San Martiño o la Plaza Maior en un escenario vivo y emocional.

Más que una campaña, fue una activación de brand purpose: un relato que conectaba el origen de la marca con su visión del mundo. Una forma de hacer storydoing, no solo diciendo “Sé más viejo”, sino encarnando ese mensaje en una experiencia real, abierta al público y alineada con sus valores de autenticidad, imperfección y cercanía.

El pueblo —en este caso, la ciudad gallega— no fue un decorado: fue el mensaje.

4. Cazalla de la Sierra (Sevilla) – Netflix y el estreno inmersivo de Feria: La luz más oscura

Para el lanzamiento de Feria: La luz más oscura, un thriller sobrenatural ambientado en un pueblo andaluz ficticio, Netflix decidió salirse del guion promocional habitual. En lugar de apostar por el circuito urbano, eligió Cazalla de la Sierra, uno de los enclaves naturales que inspiraron la estética de la serie, para diseñar una experiencia inmersiva con proyección al aire libre, rutas guiadas y acciones artísticas.

La activación no se limitó a enseñar la serie: conectó directamente el relato con el territorio. Los visitantes recorrían escenarios reales del rodaje, participaban en intervenciones escénicas y experimentaban el suspense en primera persona, como si estuvieran dentro del guion.

Fue un ejemplo claro de immersive brand experience, donde la promoción no se explica… se vive. Una estrategia que transformó el estreno en un ejercicio de storydoing, llevando la ficción a la realidad sin perder el vínculo con lo local.

5.Illán de Vacas (Toledo) – Hyundai y su movilidad eléctrica rural

En 2019, Hyundai eligió el municipio más pequeño de España —Illán de Vacas, con apenas cuatro habitantes— para lanzar ‘VIVe’, su servicio de carsharing 100 % eléctrico pensado para entornos rurales. Lo que podría haber sido una simple prueba piloto se convirtió en una campaña de brand activation con alma.

Con el lema “Somos grandes”, la marca puso el foco en la despoblación, el acceso a la movilidad y el futuro sostenible de los pueblos. La acción incluyó contenido audiovisual protagonizado por los propios vecinos, amplificado en medios y redes con un tono cercano y aspiracional.

Aquí, el coche no era el centro del mensaje: lo era la comunidad. Una campaña que unía innovación y propósito, ejemplo de functional branding que llevaba valor real a un territorio concreto, sin artificios ni postureo.

Conectar desde lo local, sin artificios

Estas activaciones demuestran que apostar por lo rural no es una excentricidad, sino una estrategia cada vez más consciente. Lejos del bullicio urbano, los pueblos ofrecen escenarios auténticos, públicos receptivos y oportunidades reales para contar historias diferentes.

Para muchas marcas, salir del circuito habitual está dejando de ser una rareza para convertirse en una forma efectiva de generar conexión y visibilidad. Porque cuando el entorno acompaña al mensaje, el impacto se multiplica.

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