¿Miedo a hacer tortilla? Lay’s lo transforma en oportunidad de negocio

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De snack a ingrediente: cuando la categoría ya no importa
Con su campaña “Tan sencillo como echarle huevos”, Lay’s da un giro estratégico interesante: deja de competir en la categoría de snacking para hacerlo en la de ingredientes de cocina. ¿Cómo? Incorporando sus icónicas patatas fritas como base para la tortilla de patatas. La propuesta es simple: sustituye la patata tradicional por Lay’s, ahorrando el paso de pelar, cortar y freír.
Pero la genialidad no termina ahí. Huevos DAGU lanza para la ocasión una edición limitada de huevos camperos con los miedos más habituales impresos directamente sobre la cáscara: “Me va a quedar cruda”, “Se me romperá al darle la vuelta”, “No sabré cuajarla bien”… Invitan literalmente al consumidor a romper sus miedos mientras rompen los huevos. Un gesto simbólico, sencillo, visualmente potente y viralizable.
Un insight potente: entender al nuevo consumidor
El movimiento es brillante porque parte de un insight muy bien identificado:
- Los jóvenes de 18-24 años —los que más consumen snacks— son, a su vez, el segmento que más inseguridad tiene frente a cocinar platos tradicionales.
- En vez de plantear un “aprende a cocinar”, el mensaje es “usa nuestro producto, simplifica el proceso y disfruta del resultado”.
- Se ataca una barrera emocional y práctica a la vez: el miedo al fallo y la falta de tiempo.
Esta capacidad de transformar un pain point (el miedo a cocinar) en una oportunidad de producto es puro marketing de libro. Han conseguido redefinir el momento de consumo sin alterar el producto.
Un product placement que va mucho más allá
Otro gran acierto: el product placement se convierte en inevitable. Ya no es “sirve Lay’s como aperitivo mientras cocinas”, es “usa Lay’s para cocinar”. La marca se cuela en uno de los platos más icónicos de la cocina española sin forzar el mensaje. Y lo hace de forma absolutamente orgánica, generando conversación y visibilidad.
Además, el despliegue de campaña no se limita a piezas audiovisuales:
- Experimento social grabado en supermercados.
- Camiones vinilados circulando por las calles.
- Packaging diferenciado que llama la atención en el lineal.
- Contenido fácilmente viralizable en redes.
No es solo publicidad. Es performance. Es generar conversación. Es poner el foco en la experiencia de marca.
¿Qué lecciones deja esta acción?
Para los profesionales eventos y amates del marketing, esta campaña de Lay’s y DAGU es un caso de estudio sobre cómo expandir el territorio de marca sin necesidad de innovación de producto. Algunas claves que podemos extraer:
- Transformar momentos de consumo: No siempre se trata de cambiar lo que vendes, sino cuándo y cómo se usa.
- Atacar los miedos, no sólo las aspiraciones: Ayudar al consumidor a superar una inseguridad es una palanca emocional muy poderosa.
- Hibridar categorías: ¿Snack o ingrediente? ¿Publicidad o activación? Las fronteras son cada vez más difusas.
- Teatralizar el problema: Visualizar el miedo con los huevos impresos lo convierte en conversación compartible, en contenido viral, en material para redes.
Mientras muchas marcas luchan por el share of stomach en los momentos de picoteo, Lay’s ha encontrado una vía inesperada para entrar en la cocina española. No por la puerta grande, sino —precisamente— por la pequeña rendija del miedo. Un ejemplo brillante de cómo el mejor marketing no siempre está en el producto, sino en cómo redefinimos su contexto.








