PortAventura Business and Events sorprende al sector MICE con una experiencia que reinventa el Halloween corporativo

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La leyenda toma forma desde el primer minuto
Nada más llegar, los asistentes descubrieron que no estaban ante una presentación tradicional. La experiencia arrancó con un relato ambientado en los años noventa. Clara, una niña desaparecida en PortAventura Park después de jugar con una máquina arcade maldita, regresaba del pasado para pedir ayuda. Su historia se convirtió en el hilo conductor de dos días llenos de misterio y emoción. El dios TON WAN, figura central de esta mitología creada ad hoc, marcaba cada paso con su presencia enigmática.
Un viaje entre la historia real del resort y la ficción más inmersiva
La sala Harvard fue el punto de partida de la jornada profesional. Allí se hizo un recorrido por los treinta años de PortAventura y se compartieron algunas de las innovaciones que definirán el futuro del resort. Tras esta primera toma de contacto, los invitados realizaron una visita guiada por PortAventura Convention Centre, un recinto con veinticuatro salas y más de veinte mil metros cuadrados destinados a acoger distintos tipos de encuentros. Un espacio que mostró a los asistentes algunas de sus configuraciones y posibilidades habituales.
La magia se desató en la sala Roma. El espacio se transformó en un universo vivo donde aparecían cuervos, ráfagas de luz y figuras del mito. Todo gracias al trabajo del equipo in house Booster AV, que convirtió las paredes en un lienzo narrativo donde el mito de TON WAN cobraba vida. La tecnología no funcionó como simple apoyo, sino como parte activa del relato.

La aventura continúa en el parque con un team building lleno de juego y adrenalina
Tras un cóctel al aire libre, llegó el momento de salir a PortAventura Park. Los participantes se dividieron en equipos para resolver enigmas creados por Gold Events and Sports. El objetivo era liberar a Clara y romper la maldición. El parque se transformó en un tablero gigante donde cada atracción, cada rincón y cada pista era una parte del rompecabezas. El juego combinó acción, intuición y colaboración. Fue un ejemplo perfecto de cómo el storytelling puede convertirse en una herramienta de cohesión.

Cuando cae la noche la historia cambia de tono
El anochecer dio un giro total a la experiencia. Los asistentes pasaron por maquillaje y se transformaron en zombies de los años ochenta y noventa. Después se unieron a una banda de música que los acompañó hasta la apertura exclusiva del área Far West. Bajo luces rojas y sombras inquietantes, comenzó una cena de gala ambientada en el universo de TON WAN. La noche culminó con un bingo musical que aportó humor, energía y una dosis final de sorpresa.
Una segunda jornada con propósito
Tras la intensidad del primer día, la segunda jornada puso el foco en la vertiente social del resort. Los participantes conocieron de primera mano algunos de los proyectos de la Fundación PortAventura, centrados en apoyar a personas y familias en situación vulnerable. Una forma de cerrar el encuentro mostrando otra dimensión del trabajo que se desarrolla desde el resort.

Dos días que muestran cómo un storytelling potente puede transformar una jornada corporativa
El encuentro cumplió dos objetivos clave para PortAventura Business and Events. Por un lado, reforzar la relación con sus clientes mostrando cercanía, cuidado y creatividad. Por otro, dar a conocer las innovaciones que marcarán la evolución del resort y su Convention Centre. Lo interesante es que ambos propósitos se integraron de forma natural dentro de una narrativa inmersiva. La experiencia demostró que una jornada corporativa puede convertirse en algo mucho más memorable cuando se apoya en un relato sólido, coherente y pensado para activar la participación.
El evento fue un recordatorio de que el storytelling no es un adorno. Es una herramienta estratégica que permite conectar con las personas, diferenciar una marca y generar recuerdos que permanecen en el tiempo. Esta propuesta lo confirmó con creces y dejó una impresión clara entre todos los asistentes. Cuando la creatividad se pone al servicio de la experiencia, el impacto es real.









