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Qatar 2022: análisis de un mundial (polémico)

Qatar 2022: análisis de un mundial (polémico)

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Luana Valls
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El pasado domingo se disputó la final del mundial de Qatar que enfrentó a Argentina y Francia en el estadio Lusail, que pese a tener capacidad para 80.000 personas dejó imágenes de gradas semi vacías. Desde el anuncio de la sede en 2010, este mundial ha estado rodeado por la polémica; ahora que ha llegado a su fin y ya se han hecho todos los análisis centrados en los aspectos futbolísticos nosotros nos centramos en los organizativos y logísticos. Luana Valls

El Mundial de Qatar ha terminado tras 64 encuentros y (como sabrás) una final que terminó con la victoria de Argentina. Más allá de los miles de análisis futbolísticos que podrás encontrar por allí, aquí somos profesionales (y amantes) de los eventos y sin duda este campeonato es uno de los grandes de este año, así que vamos a hacer un análisis de lo que ha supuesto el Mundial.  

Elección y gestión del destino

En 2010 la FIFA anunció que Qatar era el país elegido para albergar el Mundial de 2022. Uno de los motivos que alegaron fue que el destino no había tenido la opción todavía de acoger un mundial previamente (sin embargo, Australia -otra de las candidatas- tampoco…). Aquí empezaron las acusaciones basadas en irregularidades -el Sunday Times realizó una investigación donde aseguró que el país árabe pagó más de US$ 5 millones en sobornos para asegurarse el apoyo a su candidatura– y sobre todo en la vulneración de derechos humanos.

Si nos centramos en los aspectos más logísticos, también encontramos pegas, ya que se trata de un destino que para la mayoría de aficionados no suponía un desplazamiento fácil, básicamente por los altos precios, además de la falta de opciones de hospedaje (que veremos a continuación). Por otra parte, está el tema de las fechas del mundial que tuvieron que cambiarse (y pasarse a invierno), porque en Qatar la temperatura media en verano es de 40º, cosa que hace inviable el desarrollo de un campeonato. Este cambio supuso un quebradero de cabeza para todas las ligas que han tenido que modificar y adaptar sus rutinas y calendarios para poder participar en el mundial.

Ciudad de barracones (en construcción)

Además de construir o rehabilitar los 8 estadios donde se han jugado los diferentes partidos del mundial (con toda la controversia que esto ha conllevado, debido a las muertes de operarios), el país también ha tenido que aumentar su capacidad de alojamiento. Para ello se construyó una especie de campamento a base de barracones en un descampado a las afueras de Doha (por 200€ la noche, sin desayuno). La gente que tuvo que alojarse allí (muchos de ellos españoles) compartieron sus malas experiencias a través de las redes: cabinas muy pequeñas, calor asfixiante, suciedad, “habitaciones” sin preparar, largas esperas (hasta nueve horas para que les entregaran las llaves), incluso barracones construidos sobre la marcha, tal y como recoge el testimonio de Giancarlo Magnieli en El País: “Nos querían llevar a otro sitio que estaba mucho peor y nos negamos. A algunas casetas les faltaba el cristal de la ventana, otras estaban llenas de arena y muy sucias; había clavos, piezas de construcción por todas partes. Terrible”.

Un aspecto positivo en relación a los estadios ha sido la construcción del 974, con capacidad para 40.000 espectadores. A diferencia de los demás, este se diseñó para que al finalizar el mundial pudiera desmontarse y reutilizarse. Según la BBC, la idea es que las partes de este estadio sean enviadas a un país por definirse, para estimular el desarrollo del fútbol. Una propuesta innovadora en materia de sostenibilidad que se da por primera vez a la hora de construir un estadio para un mundial de futbol.

Problemas con el termostato

Uno de los mayores miedos de la organización era que la gente pasara calor en los estadios. Para ello se puso especial empeño en la construcción de dichos estadios donde se aplicaron estructuras y morfologías estratégicas pensadas para jugar con los flujos de aire y así evitar que el aire caliente del exterior se colara lo menos posible en el terreno de juego y en las gradas. Además, se contrató a un ingeniero para que diseñara todos los dispositivos de refrigeración de los campos. Se creó un sistema que tenía como objetivo empezar a funcionar desde dos horas antes de los partidos para crear una atmósfera fresca y un ambiente purificado con un aire limpio favorable incluso para los alérgicos. Y todo alimentado con placas solares. Una idea que parecía no tener fisuras hasta que empezaron las quejas por el exceso de frío. Los usuarios debían lidiar con un contraste entre los 30 grados del exterior y los 7-10 grados que había en los estadios.

Hay que cuidar a los patrocinadores

Sin duda la foto más esperada de la final del mundial era la de Messi levantando la copa junto a sus compañeros, en especial para Adidas patrocinador del equipo y del propio jugador. Un momento que se vio alterado cuando el Emir de Catar invitó al argentino a ponerse una túnica ceremonial negra de tejido transparente, denominada bisht. La particular prenda se impuso frente a las rayas albicelestes, el escudo argentino y el emblemático número 10, así como el logo de Adidas. Si se trata de una decisión pactada o fruto de la improvisación no ha trascendido, lo que sí es evidente es que la marca se quedó sin la opción de aparecer en una foto histórica…

Reventa de entradas y problemas de acceso

Uno de los grandes problemas de este tipo de eventos son la reventa ilegal de entradas y los posibles problemas a la hora de acceder a los estadios/venues. Durante el Mundial se dieron un par de situaciones destacadas durante los partidos entre Senegal y Países Bajos y, durante el enfrentamiento entre Estados Unidos y Gales en el estadio Áhmad bin Ali. En ambos casos, hubo problemas principalmente por la falta de personal de seguridad en las puertas. El diario Marca compartió un vídeo por Twitter donde se podía ver a uno de sus corresponsales entrando en el estadio sin usar o mostrar la entrada para el partido correspondiente. 

Desde la FIFA intentaron aportar medios para minimizar el tema de las entradas, facilitando una plataforma desde donde los aficionados podían gestionar sus tickets en caso de no poder asistir al partido, y advirtiendo de sanciones económicas. Sin embargo, para la final se publicaron en redes sociales y plataformas no oficiales entradas que oscilaban entre los 3.000 y 5.000€.

Una final con poco público

Este hecho sorprende, ya que, durante el partido se puso de manifiesto la poca gente que había en el estadio, que tiene capacidad para 80.000 personas. En redes varios aficionados fueron dejando sus comentarios y todos seguían la misma línea: “Pero ¿cómo puede estar medio vacío el estadio de la final?”, “Qué desastre de Mundial” y “Vaya broma tener un estadio vacío en una Copa Mundial”, fueron algunos de los comentarios en Twitter.

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