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Reventory: nace el marketplace del material para eventos

Alquiler de material para eventos

Reventory: nace el marketplace del material para eventos

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En cada agencia de eventos hay un rincón —o un almacén entero— que todos conocen. Un espacio lleno de sillas compradas para un congreso muy concreto, estructuras creadas para un único diseño, “atrezzo” que quizá se usó dos veces y focos que un día parecían una gran idea y hoy acumulan polvo. No es una excepción: es una realidad transversal del sector MICE. De esa realidad —y del hartazgo compartido— nace Reventory, una plataforma que propone algo tan simple como disruptivo: hacer visible lo que ya existe para que el sector pueda alquilarse, comprarse y aprovecharse entre sí.

Una necesidad que todos vivíamos… pero nadie había resuelto

Reventory nace de una agencia de team building y eventos que, como tantas otras, acumulaba material que no siempre podía reaprovechar. “Hacemos eventos muy específicos y de mucho diseño, así que hay piezas que después ya no encajan en ningún otro proyecto”, explica su fundador.

Pero la frustración era mayor cuando la solución, literalmente, estaba al lado.

“No tiene sentido comprar un elemento nuevo o traerlo desde Madrid si en Barcelona ya existe. Simplemente no lo vemos, no está en común”.

Ese fue el germen: si compartimos destino, compartimos recursos. Solo faltaba una herramienta que lo hiciera posible.

Un Wallapop profesional… pero pensado para eventos

La idea es clara: una plataforma donde cualquier profesional MICE, empresa de alquiler, agencia, freelance o técnico pueda subir su material —desde un sofá hasta 20 sillas, desde un tótem a un sistema de iluminación— para que otros lo encuentren según la localización real del evento.

Porque Reventory no funciona por categorías abstractas, funciona por destino.
Organizas un evento en Barcelona: ves lo que Barcelona tiene disponible.

Esto implica dos ventajas inmediatas:

1. Menos emisiones, más sostenibilidad

Mover material entre ciudades es caro… pero sobre todo contaminante. En Reventory, cada producto incorpora la huella de CO₂ ahorrada por alquilarlo en la propia localización en lugar de comprarlo o traerlo desde otra ciudad. El usuario puede ver el impacto total de su evento, producto a producto. Una forma de sostenibilidad práctica, medible y nada discursiva.

2. Una economía local más viva

El dinero se queda en el ecosistema MICE de cada ciudad. Se alquila a quien está a pocos kilómetros, no a quien trae camiones desde la otra punta del país. Para muchos freelances o pequeñas agencias, esto puede convertirse en una nueva vía de ingresos para material que ya tienen y que no estaban explotando. Y para los organizadores, supone un ahorro inmediato: menos transporte, menos compras puntuales, menos inmovilizado en almacén y una reducción clara de CAPEX en cada proyecto.

Usabilidad: simple, directa, sin fricción

Crear un evento en la plataforma es similar a abrir un “carrito”:

Tu carrito de evento

  • • Añade la localización exacta
  • • Empieza a añadir productos

En un clic, puedes enviar la solicitud a todos los proveedores de esa categoría. La conversación se desarrolla en un chat interno, sin tarifas ocultas ni intermediación.

Hoy, el servicio es totalmente gratuito: comprador y proveedor se organizan entre ellos la logística, la facturación y el transporte.

Una herramienta global… que funciona local

Aunque la visión es universal, Reventory se plantea como un proyecto que debe crecer ciudad a ciudad.

Su primera fase pone foco en Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla, pero con tracción inicial en Barcelona, donde el equipo fundador conoce el tejido profesional y la red de proveedores.

“No tiene sentido buscar algo en Madrid para un evento en Barcelona. La herramienta es global, sí, pero su lógica es radicalmente local”.

Una oportunidad real para un sector tradicional

El sector MICE avanza rápido en creatividad e innovación, pero mantiene inercias profundas en sus cadenas de suministro. Reventory apunta directamente a esa fricción:

  • • Procesos lentos de peticiones de presupuesto
  • • Poca transparencia en precios
  • • Duplicidades innecesarias
  • • Toneladas de material infrautilizado

Algunos proveedores tradicionales se muestran reticentes a mostrar precios públicos —porque varían según cliente, temporada o volumen—, pero la plataforma, según su equipo, está pensada para democratizar el acceso tanto para grandes estructuras como para pequeños actores del sector. Reventory no compite con los proveedores: los potencia, dándoles visibilidad y nuevas oportunidades para mover material que hoy está parado.

Qué viene después: pagos integrados, transporte unificado y… IA (cuando toque)

Reventory ya está construida sobre una base tecnológica escalable.
La IA no es su punto de partida, pero sí estará en el camino:

  • Recomendación de productos en función del diseño de tu evento.
  • Combinaciones sugeridas según estética, estilo o necesidades técnicas.
  • Automatización de procesos de matching entre demanda y oferta.

En una segunda fase, la plataforma incorporará:

  • Pagos integrados
  • Un servicio de transporte local unificado, capaz de recoger sillas, audiovisuales y decoración en una sola ruta, aprovechando la proximidad física.

Una obviedad que nadie había ejecutado

Quizá su mayor valor está en su sencillez.

“Es una obviedad que muchos hemos pensado, pero que por X motivos nunca se había llevado a cabo”.

Con el apoyo de un programa de aceleración y un equipo de desarrolladores vinculados al sector, Reventory ha conseguido convertir una idea compartida —la optimización del material MICE— en una solución funcional.

Y, sobre todo, en una herramienta que responde a un problema real de hoy, sin futurismos, sin grandes discursos: una plataforma que permite trabajar mejor, gastar menos, contaminar menos y activar más economía local. Una herramienta que, si prospera, podría transformar una de las prácticas más arraigadas del sector: comprar para usar una vez. Y eso, en un sector tan grande, tan rápido y tan material como el MICE… es una revolución más que necesaria.

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