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Unos consejos para que la formación se vuelva experiencial

Unos consejos para que la formación se vuelva experiencial

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Lejos de las frías aulas iluminadas con luz neón y con un insípido PowerPoint como epicentro, la formación profesional se está convirtiendo en un mundo de experiencias, que combinan la formación con el desarrollo personal. He aquí algunos consejos para que la experiencia sea más que buena...

– Hablar con el grupo, conocer sus expectativas. Al empezar un nuevo proyecto, VESP-Actitud se reúne con un grupo de la empresa para conocer sus expectativas. De esta forma se genera interés, pues el boca-oreja puede ser la mejor invitación. “Pensar en los trabajadores como personas, como recursos” es el punto de partida, explica José Ballesteros, socio de la empresa.

– Tener el compromiso de la empresa. No hablamos de un día en el campo sino de un ejercicio importante y exigente para todos. Maite Gómez recuerda así la importancia de tener claro el objetivo y de sensibilizar a la organización y a los participantes sobre la importancia de su compromiso.

– Buscar el buen especialista. La selección de los facilitadores o psicólogos es esencial para sacar lo mejor de los participantes. Estamos lejos de una actividad outdoor para divertir al grupo: tenemos que aprender nuevas actitudes o aptitudes. “Hablamos de un conocimiento que combina organización de eventos y psicología”, nos recuerda Fernando Le Monnier. – Realizar un seguimiento. Según Antonio Mateo de Amateo Personal Experience, si bien una buena formación experiencial genera recuerdos magníficos, no tenemos que limitarnos a esto, sino realizar una comunicación o un seguimiento posterior para maximizar la aplicación de los aprendizajes.

– Medir la situación antes y el resultado final. La formación debe considerarse como una inversión, cuyo ROI puede medirse en aumento de los ingresos (producción o ventas) o disminución de los costes (mayor eficacia, motivación, trabajo de equipo, reducción de la rotación). Para esta delicada medición, Fernando Le Monnier aconseja hacer un seguimiento seis meses después, para analizar la aplicación de lo acordado. También se puede hacer una encuesta (anónima) de clima laboral antes y después de la acción.

Si quieres leer más sobre este tema, te aconsejamos el artículo «La formación se vuelve experiencial», publicado en la edición 24 de la revista eventos magazine.

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