Durante el aislamiento, los influencers no tuvieron ningún tipo de conexión con el exterior, ni tecnología, ni relojes. Contaron con tan solo una cámara con la que recoger su experiencia, y que se pudiera seguir su experiencia en sus canales. La acción culminó con un evento para prensa en Prisión Wentworth donde los invitados se sumergieron en la serie a través de su propio ingreso en prisión. Al entrar, debían cruzar un control de seguridad donde les quitaron sus pertenencias para ponerles el uniforme Wentworth y hacerles una foto policial. Una vez cruzada la entrada, llegaron al patio para visitar las celdas, disfrutar del primer episodio de la serie y cenar en la cantina. Además, para dinamizar el evento, hubo un mini teatro de improvisación en el que actrices interpretaron el papel de presidiarias y se infiltraron en el evento, sorprendiendo a los invitados.