Caso Red Bull Showrun Madrid: Cuando para Estudio Melé, la ciudad es el circuito

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Aunque la jornada incluyó karts con influencers, parapentes que aterrizaron en plena plaza y shows de drifting, el eje central fue el monoplaza de Red Bull y la presencia de Checo Pérez. Para garantizar el espectáculo, Red Bull llevó dos coches oficiales —uno de ellos como plan B por seguridad mecánica—, permitiendo así alternar vehículos cuando la refrigeración del motor se volvía insuficiente en un circuito urbano tan corto y sin rectas suficientes.
Un circuito histórico en el corazón de Madrid
Este Showrun se convirtió en el más grande de Europa, ocupando toda la Castellana, Recoletos, Cibeles y parte de Gran Vía. El diseño original incluso contemplaba llegar hasta Puerta de Alcalá, aunque la restauración del monumento y sus restricciones obligaron a acortar el trazado. La producción implicó operar en un espacio protegido, gestionar viales críticos y coordinar acciones inéditas: desde soldar todas las tapas de alcantarilla (para evitar que salieran despedidas por la succión del F1) hasta diseñar un doble vallado de seguridad con un pasillo exclusivo para marshalls.
Cuando también se mira al cielo
El aterrizaje de paramotores en Cibeles supuso otro hito. La AESA otorgó el permiso aéreo, pero el mayor reto fue justificar la maniobra “en tierra”, donde el Ayuntamiento carecía de precedentes. Con viento fuerte, espacio reducido y maniobras milimétricas, los pilotos reconocieron después que fue una de sus operaciones más complicadas.












Más allá del Showrun: otras producciones que muestran la escala del reto
¿Y si metemos varios MINI dentro del andén de metro de Chamartín?
Si convertir Madrid en un circuito era un reto, meter coches en la estación de Chamartín fue casi un acto de fe. Y eso hicieron convirtiendo un andén de Chamartín en una pista de carreras para presentar los Mini John Cooper Works. Pilotos profesionales hicieron acrobacias sobre las vías asfaltadas sorprendiendo a los pasajeros creando la Mini Metro Race.
Melé propuso a Metro algo que, de entrada, tenía todas las papeletas para recibir un “no” automático. ¿Coches en el metro? ¿Para qué? A partir de ahí, según nos cuentan, comenzó un proceso de desbloqueo técnico y emocional: limpiar un túnel abandonado desde hace décadas, construir con hormigón una rampa transitable, asfaltar las vías para que los vehículos pudieran rodar y gestionar permisos de Adif para abrir puertas sin llave. La acción terminó convirtiéndose en un vídeo viral de Mini y BMW, con espectadores reales dentro de la estación y trenes circulando en vías paralelas.
NFL Madrid, transformar el Bernabéu en un estadio americano
Como ya te contamos, la llegada de la NFL a Madrid ha supuesto un ejercicio complejo de ingeniería de eventos. En aquel proyecto, Estudio Melé actuó como intermediario entre la NFL, el Real Madrid y las administraciones, coordinando adaptaciones estructurales y operativas de gran escala. Fue necesario ampliar vestuarios, construir plataformas temporales que sustituyeron las primeras filas del estadio para ajustar las dimensiones del campo y establecer un perímetro de seguridad que afectó a vías como Castellana, Paseo de la Habana, Concha Espina y Rafael Salgado. Además, el proyecto obligó a gestionar permisos paralelos entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento. Ese trabajo dejó el Bernabéu listo para activarse en modo NFL en pocas horas, un precedente operativo que permitió afrontar con mayor solvencia la celebración del primer partido oficial de la liga en España.
El Caso Amaro Pargo: Marketing, Arqueología y una Tumba Real
Aunque menos reciente, el proyecto de Ubisoft para “Assassin’s Creed Black Flag” ayuda a entender el enfoque de Melé: si el storytelling requiere desenterrar un pirata real del siglo XVIII, lo hacen.
La exhumación del corsario canario Amaro Pargo, realizada con arqueólogos y permisos eclesiásticos, permitió reconstruir su rostro, descubrir la causa de su muerte y viralizar una de las campañas más arriesgadas del videojuego. En el fondo, todos estos eventos comparten algo: la capacidad de reimaginar espacios imposibles y hacerlos realidad a través de ingeniería, creatividad y una obsesión por la seguridad y la calidad.









