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Congreso CIRP en Bilbao: cómo un evento fomenta la innovación

Congreso CIRP en Bilbao: cómo un evento fomenta la innovación

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Eric Mottard
La empresa industrial IMEM organiza su propio congreso… y ayuda así a posicionar su región  Un ejemplo de estrategia completa de sostenibilidad en eventos: SAP Cómo la promoción económica de Cantabria se fija en los eventos  
Nos encantan los eventos, nos encantan los eventos creativos o impactantes, pero lo que más nos gustan (y lo que más relevancia da a este formato) son los eventos que mejoran la economía, fomentan la innovación, generan o comparten conocimiento. En esta liga entra la 71ª Asamblea General del CIRP, asociación internacional de investigación aplicada en fabricación avanzada, que se celebra estos días en el BEC en un formato mixto (presencial con difusión online) y aporta un verdadero catalizador de innovación con impacto internacional, pero más aún a nivel local en el País Vasco. Te explicamos en más detalle este congreso no enorme en volumen (400 personas en presencial) sino en carga de innovación y estimulación económica. Por Eric Mottard

Por segunda vez en su historia, la Asamblea General de la Academia Internacional de Ingeniería de Producción (CIRP) se celebra en España, de nuevo en Euskadi (tras Donosti en 2001), una tierra de especial peso en el entorno industrial y en la fabricación avanzada. Y como en la Asamblea General organizada en Donostia-San Sebastián en el 2001, CIRP ha contado con LANKOR como OPC para la organización, producción y logística del congreso.

El evento pretende promover la investigación y el desarrollo entre sus miembros del mundo académico y de la industria. También fomenta el intercambio de puntos de vista entre los agentes de la ingeniería de producción, así como la búsqueda de vías de colaboración entre investigadores y organizaciones industriales.

Apuesta de territorio. La realización de este congreso en Euskadi permite reforzar la apuesta de Euskadi en la fabricación avanzada y poner en valor este ecosistema de agentes. Todo ello permitirá el acercamiento del ecosistema local con los principales referentes en el mundo de la investigación en fabricación avanzada. El encuentro se enmarca en la apuesta del Gobierno Vasco, agentes de I+D+i y del tejido industrial local por impulsar la presencia del manufacturing en la economía. Este evento, de hecho, no es el único dedicado a la industria innovadora. BIEMH, +Industry o Be Digital son ejemplos de eventos que juegan un papel de estimulación de la innovación y de posicionamiento del destino en estos conceptos.

Siete días de conocimiento. El evento dura nada menos que siete días, y abordará cuestiones relacionadas con la fabricación avanzada como materiales y procesos avanzados, sistemas de fabricación flexibles, inteligentes y eficientes, eficiencia energética y fábrica digital y conectada. Combina nueve conferencias magistrales, 126 ponencias sobre diversos ámbitos tecnológicos, sesiones de trabajo, la celebración de las reuniones generales…

Para saber más, hablamos con Jokin Munoa, presidente del comité organizador y director científico de IDEKO.

Empecemos con la base: ¿cómo describirías los objetivos del congreso?

Destacaría dos niveles de objetivos:

– A nivel de objetivos globales, este evento es la asamblea general del CIRP, que se organiza cada año. El CIRP es una entidad con mucha historia (creada en el 1952) y con una cobertura internacional importante (de hecho, asistieron representantes de 40 países), y cada año celebra su asamblea. Pero más allá de este momento de protocolo, el evento ayuda a los asistentes a colaborar para progresar y estimular la innovación: se presentan las novedades en nuestro ámbito; se intercambian ideas; se forjan alianzas internacionales para progresar en ámbitos concretos de investigación o de aplicaciones de nuevas soluciones.

– A nivel de delegación española, un objetivo clave es visibilizar el País Vasco como un centro importante a nivel internacional en el campo de la fabricación.

Volvéis ahora a lo presencial (con difusión en streaming). ¿Qué balance sacáis del formato virtual, que habéis probado durante la pandemia?

Nos ha permitido celebrar la asamblea, mantener la comunicación… pero se ha quedado algo pobre comparado con el evento presencial. Nuestra experiencia ha sido que el networking no funciona bien en virtual, que necesitamos el face-to-face. Las relaciones personales son muy importantes para acordar colaboraciones, encontrar sinergias, compartir conocimientos de manera informal, que son objetivos clave de nuestro congreso. Estas relaciones se crean en encuentros presenciales, y nuestra experiencia ha sido que lo virtual no permite generar químicas personales.

Este año el evento es híbrido, especialmente porque algunas zonas del mundo siguen con dificultades para viajar (política zero Covid en China, por ejemplo), pero el año que viene, este congreso se celebrará en Dublín, y ellos tienen claro que será solo en presencial. Hacer el evento en formato híbrido supone un coste importante; tenemos cinco espacios de formación en paralelo, realizar el trabajo audiovisual y de streaming para estos cinco espacios supone un gasto importante. Otro problema de los eventos híbridos son las zonas horarias: solo en medio del día puedes comunicar a la vez con Asia y con América, es más complicado concebir los horarios.

¿Quedará algo de esta experiencia virtual de estos años?

Sí, a pesar de sus imperfecciones, lo virtual tiene ventajas y creo que la difusión de contenidos en la web se quedará, porque siempre hay gente que no puede asistir en presencial y querrá seguir el contenido.

¿Cuántos asistentes habéis tenido?

Suelen participar 650 personas en este evento. Este año hemos tenido un poco más de 400 personas en presencial, además de más de 200 en virtual. El número total de asistentes se mantiene, pero parte de ellos lo siguen a distancia.

Como decías, hay una excelencia vasca en la fabricación innovadora. ¿Qué conexión se establece con el ecosistema local?

Ha sido importante. Organizar este evento ha implicado a varias entidades: dos centros tecnológicos (Ideko, Tecniker), y dos centros educativos (la universidad Mondragón, la Universidad de Zaragoza). Siempre el país organizador tiene la posibilidad de invitar a gente local (universidades, empresas…) al congreso para que conozcan la institución y lo que ofrece para su desarrollo profesional. Así que varios representantes de universidades locales están participando en el evento.

También un congreso puede ser una oportunidad de visibilidad en la sociedad local, por ejemplo, en prensa, en universidades…

Sí, hemos gestionado un programa de información vía prensa, para alcanzar a la sociedad; hemos tenido premiados en la prensa local. Además, al ser un evento donde confluyen universidades, centros de investigación, y empresas locales. El hecho de implicar a este ecosistema permite cumplir nuestro objetivo: fomentar, adaptar y transferir la tecnología puntera a nuestro tejido industrial.

Este es un impacto considerable, permitir estimular la innovación en industria. ¿Conseguís medir, seguir este impacto?

Lo vemos en el grado de innovación de las empresas: sus resultados económicos, el éxito comercial de nuestras empresas (hace años que el País Vasco no es un destino de mano de obra barata, así que es importante integrar la innovación). Tengo un ejemplo de colaboración que se identificó en un congreso, y ahora, 6-7 años más tarde, llega al mercado. El ciclo para que las colaboraciones den sus frutos puede ser largo, pero no hay dudas del poder de los eventos para estimular este tipo de innovación. El nuestro no es un congreso de pura investigación, sino que quiere asegurar que la innovación se traslade a las empresas. Por el mismo carácter del congreso, esta fertilización cruzada es posible.

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