Dubái y Abu Dhabi, un incentivo de Imagine events
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Dubái tradicional
Café arábigo, dátiles y toallitas refrescantes de bienvenida. Sin tiempo que perder, desde el aeropuerto empezaron la ruta para conocer el «Old Dubai» y los barrios de Deira y Bur Dubai. Fueron hasta Al Bastakiya para disfrutar de la atmósfera tradicional emiratí de principios de siglo y de ahí al «Sheikh Mohammed Centre for Cultural Understanding», un centro que trabaja para eliminar las barreras entre las personas de diferentes nacionalidades y que da a conocer la cultura local de los Emiratos Árabes, sus costumbres y su religión.
En un recorrido por el tradicional Dubái no podían faltar los zocos. Visitaron el del Oro y el de las Especies, donde embriagarse de diferentes aromas, y obviamente… practicar el regateo. Para llegar hasta ellos, al otro lado del «Dubai Creek», hay que cruzar una ría natural y lo hicieron en el transporte más rápido y barato para moverse entre una orilla y otra: el «Abra» (una barca tradicional que respeta la ecología de la ría).
A la hora de la cena fueron hasta el restaurante Serafina para disfrutar del espectáculo que ofrecen las Fuentes de Dubái. Chorros de agua de hasta 140 metros (para que tengas una idea: ¡el equivalente a la altura de la planta 45 de un edificio!). Dicen que el haz de luz de las fuentes puede ser visto a más de 32 kilómetros de distancia… Impresionante, ¿no?
Abu Dhabi
Segundo día en Arabia y tocaba madrugar para desplazarse a conocer la capital: Abu Dhabi (a una hora y media). Al grupo le esperaba una experiencia de conducción en Yas Marina Circuit: la «Chevrolet camaro drag racing, dos horas de diversión en Chevrolet Camaro.
Para el almuerzo se escogió el restaurante tradicional, Al Arish, en el puerto pesquero y de ahí fueron a la Mezquita Sheikh. Las mujeres para entrar tuvieron que vestir la abaya negra, considerada símbolo de respeto en algunos países árabes.
Dubái ¡de récords!
Empezaron por Burj Khalifa, 828 metros de altura lo hacen el rascacielos más alto del mundo (al menos hasta que esté construida la Torre Dubái Creek, diseñada por Santiago Calatrava y prevista para 2020) y el Dubai Mall, que con sus más de 1.500 tiendas (500.000m2 para shopping) también ostenta el record de ser el centro comercial más grande del mundo. Allí, en la planta 124 (a la que se accede en el ascensor más rápido del mundo: 60 segundos) se disfruta de una buena panorámica de la ciudad. Además, en Dubai Mall está el acuario con miles de animales y con King Croc, el cocodrilo en cautividad que ostenta el récord de ser el más grande del mundo.
Otro «must» en Dubái es el famoso hotel Burj Al Arab, el único con siete estrellas y galardonado como el hotel más lujoso del mundo. De imprescindible visita es Palm Jumeirah, la más pequeña de un conjunto de tres islas artificiales con forma de palmera. Para llegar hasta ahí cogieron el Monorail que ofrece una vista de la isla al completo.
Por la tarde, les esperaba la emoción del desierto. En vehículos 4×4 recorrieron Dune Bashing; una actividad off-road derrapando por dunas, que al atardecer se ven rojizas, hasta llegar a lo que podría haber parecido un oasis: una zona de relax con copa de champagne, fresas, velas, alfombras, música… para contemplar la increíble puesta de soll antes de hacer sandboarding y acabar en un campamento beduino con música tradicional, café arábigo, dátiles y pastelillos.
De regreso a Dubái, y para despedirse de la ciudad, un paseo nocturno por la Marina, donde están algunos de los mejores clubs de la ciudad: Budha Bar, Embassy, Toro Toro, Siddhartha….
