Un evento entre lo vintage y lo industrial

Los invitados llegaron alrededor de las 19h al puerto de Barcelona (el lado industrial del evento) donde les recibían con una copa de cava, en un lugar que crearon con ambiente chill out. De ahí, se trasladaron al BCN Nautic Center donde encontraron la nave decorada con guirnaldas eléctricas, discos de vinilo, cámaras de foto antiguas, libros, periódicos antiguos etc. y cinco food trucks decorados al estilo vintage con diferentes tipos de comida. Mientras que los asistentes elegían su food truck preferido para coger su comida, había espectáculos: uno de live painting con un street artist que decoró una pared; un grupo de soul/funk que tocaba y un photobooth. Después de que los asistentes comieran, la pared donde había tenido lugar el painting se giró y sobre este lado ‘limpio’ pudieron hacer un workshop de graffiti.

Al día siguiente, se dividió a los invitados en cuatro grupos que llevaron a hacer talleres de cocina por el centro de la ciudad. Tuvieron que elaborar platos tradicionales como tapas, pan con tomate, paella, crema catalana… Después de comer los platos que ellos mismos habían preparado, les esperaba una sorpresa. Fueron llevados a la Estación de Francia, donde, en su cafetería, se había recreado el ámbito de los felices años veinte: camareros vestidos de época, música de mezcla moderna con charlestón y ragtime y proyección de pelis en blanco negro. ¿La sorpresa? Los managers de la empresa detrás de la barra sirviendo cócteles a los empleados. Para acabar, hicieron una ‘guerra de cócteles’ tuvieron que, con los ingredientes que había en la barra, crear el mejor cóctel que a cada uno se le ocurriera.

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