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Unas 2.000 personas acudieron a esta fiesta ambientada en el mundo de la playa, arena, sombrillas y hamacas incluidas. Hasta la iluminación de la sala contribuyó a crear la sensación de pasar una jornada playera en pleno invierno. Un grupo de ocho actores que representaban al Rey Neptuno y su séquito de criaturas marinas se encargaron de promocionar el evento. Así mismo, otra comparsa compuesta por tres socorristas y dos guardias urbanas controlaron el acceso al acto.
Lógicamente, el menú consistió de los típicos productos de chiringuito playero: paella, fideua, patatas bravas, cerveza fría, tinto de verano… «Con esta fiesta, hemos pretendido transmitir la imagen de hospitalidad de Barcelona, destacando la playa como uno de los elementos más definitorios de la ciudad en la realización de un evento que ha creado un entorno de networking distendido», explicó Airy Garrigosa, Directora del Barcelona Convention Bureau y promotora de esta fiesta.