La cocina y el arte se viven en las calles de Barcelona
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Por lo pronto el primer logro de todos ellos ha sido conseguir implicar al Ayuntamiento de Barcelona, siempre reacio a ceder suelo público para eventos privados, dado el interés de la propuesta: promover la cultura gastronómica, en la que han colaborado también La Maquinista y Dos Cielos.
Y es que, si la gastronomía se considera arte, resulta un arte no solo efímero, sino caro y no siempre accesible. ¿Por qué no democratizar entonces el arte culinario? «Queremos fusionar cocina, arte y sensualidad, para convertir la buena comida en un patrimonio cultural al alcance de todos», explica uno de los apasionados protagonistas, el chef Sergio Torres. Y esa es la idea alrededor de la que giran todas las acciones de CocinARTE: implicar a las personas.
Y lo han hecho llevando la cocina a la calle en una sensual acción de street marketing que jugaba con los sentidos: el de la vista con grandes y desconcertantes pinturas con efecto 3D realizadas por el experto en anamorfosis Eduardo Relero; con el tacto gracias a las esculturas y body painting que interactuaban con los paseantes; con el gusto y con el olfato a través de rutas gastronómicas donde se podía disfrutar gratis de un pintxo y una sidra.
Todo ello en los rincones con más encanto y más conocidos de Barcelona. Además todos estaban invitados a subir sus mejores fotos con los tenedores gigantes y compartirlas en el facebook del tenedor.es con la expectativa de premio: un viaje al París más gastronómico en un hotelazo de lujo, el Reinassance.
El círculo se cerró con la creatividad en directo de Sergio y Javier Torres, una estrella Michelín, en el show cooking para medios organizado en un espacio singular y muy apetecible por su gran terraza con vistas al Port Vell, el