Cinco eventos que dijeron no al móvil (y ganaron en experiencia)
El móvil fuera, el momento dentro

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1. Ghost: música sin pantallas
La banda sueca Ghost está dejando claro que su música se escucha, se siente, pero no se graba. En su gira de 2025, los asistentes deben guardar sus móviles en fundas selladas tipo Yondr, y cualquier uso del teléfono conlleva la expulsión del recinto. El objetivo no es otro que recuperar la atención plena del público. El resultado: un concierto que se vive en directo y no a través de una pantalla. Esta política está generando conversaciones en la industria y pone sobre la mesa la pregunta de si más artistas deberían seguir este camino.

2. Heineken y el experimento «Boring Phone»
En una jugada tan brillante como provocadora, Heineken ha presentado el «Boring Phone», un móvil sin internet ni redes sociales. Su objetivo: fomentar interacciones reales durante festivales y conciertos. Además, ha desarrollado una app complementaria que convierte el smartphone en un dispositivo “aburrido” durante el evento. Esta iniciativa busca reivindicar la atención plena en el ocio, y ya está captando el interés tanto de marcas como de organizadores.
3. Discotecas sin móviles: el retorno a la pista
En ciudades como Berlín, Londres o Madrid, algunos clubs están implementando políticas activas de no uso del móvil en la pista de baile. En lugar de carteles o mensajes suaves, aplican medidas reales: pegatinas en las cámaras, personal que invita a guardar el teléfono, e incluso zonas sin cobertura. Se ofrece, a cambio, un servicio de grabación profesional para que los asistentes tengan contenido sin sacrificar la experiencia. La propuesta está calando, especialmente entre públicos que valoran el momento presente por encima del contenido compartible.

4. Afterlife: electrónica inmersiva sin distracciones
El festival Afterlife, con sedes en distintas ciudades del mundo, ha apostado por una experiencia sensorial total. Esto incluye una política de cero móviles en ciertas fases del espectáculo. La organización invita al público a dejar el teléfono en el bolsillo y entregarse a los visuales, la música y el ambiente. En un sector como el de los festivales, donde el móvil parece casi parte del uniforme, esta decisión supone una ruptura audaz.

5. Offline Club: la desintoxicación como experiencia
En varios rincones de Europa, el Offline Club está generando una nueva categoría de evento: encuentros sin móviles. A la entrada, los participantes entregan su dispositivo y se sumergen en actividades pensadas para reconectar con los demás: música, juegos de mesa, charlas cara a cara. Sin pantallas, sin interrupciones. Es un espacio seguro para desconectar y, paradójicamente, volver a conectar. La propuesta está ganando adeptos entre jóvenes profesionales que buscan momentos de calidad en su tiempo libre.

¿Y ahora qué?
Estos casos no son simples anécdotas. Representan una corriente que crece: la de diseñar experiencias con menos tecnología y más presencia. En un sector que muchas veces se deja llevar por las últimas herramientas digitales, estas propuestas recuerdan que la innovación también puede ser low-tech. Y que el reto no es solo captar la atención del asistente, sino mantenerla.
Para los organizadores, el mensaje es claro: reducir la presencia del móvil no tiene por qué ser una limitación. Puede ser, en cambio, una poderosa herramienta para generar impacto.









