El stand/showroom de Dicom para Seat en el Salón del Automóvil de París

El Showroom Barcelona consistía en un stand de dos plantas revestido en blanco en sus facetas exteriores que acogía una sala de prensa, varias salas de reuniones y oficinas, una zona chill out, un área gastronómica, una terraza y un área social. Barcelona protagonizaba el diseño que giraba en torno a los atributos de diseño urbano y moderno que Seat comparte. De esta forma la entrada principal del stand contaba con un skyline de la ciudad en relieve y una proyección de la salida del sol sobre el mar de la ciudad. Un modelo real del Ateca emplazado en la parte superior, visible desde la Puerta de Versailles, daba la bienvenida al visitante. Numerosos detalles reflejaban texturas características de Barcelona: las paredes exteriores reproducían de forma metafórica las baldosas gaudinianas de Paseo de Gracia, mientras que en el interior, se revistieron los suelos. Y en la primera planta, una terraza, como guiño a las populares terrazas de Barcelona, un espacio de relax desde el cual ver el Salón desde otra perspectiva.

Una extensa proyección del amanecer sobre el Skyline de Barcelona se proyectaba sincronizada con las luces de todo el espacio. Para la iluminación del stand los de Dicom se plantearon poder pasar del día a la noche en cuestión de minutos, alterando la atmósfera del espacio independientemente de la luz que hubiera en el exterior. Los olivos, símbolo del Mediterráneo, destacaban entre piezas de mobiliario hexagonales, a su vez replicando las baldosas que se iban repitiendo dando continuidad a lo largo de distintos soportes o estructuras del stand. Hubo exposición de objetos diseñados en Barcelona, iconos del diseño, como la antorcha olímpica de André Ricard en 1992 para los JJOO de Barcelona; la mítica vinagrera de Rafael Marquina; la baldosa de La Flor o la Botella de Font Vella entre otros objetos diseñados en el siglo XX y que son ya un clásico. Había además un muro interactivo que permitía al visitante aprender más sobre la marca y un mosaico de videos cortos que cambiaban según la presencia y comportamiento del visitante.

La solución para los dos primeros días de la feria, destinados a la prensa, se situaba en una de las esquinas del nivel 0, bajo la terraza: una sala de prensa equipada y acristalada para acoger a profesionales, invitados, etc. Para el resto de los días se abría al público general y se convertía en el bajo techo de exposición de un Ateca, con el relieve del skyline de Barcelona en la pared y la cristalera del fondo.

En la zona interior Dicom, bajo el lema Always ON!, creó un anfiteatro 4D de 50 plazas que ofrecía una rueda de prensa permanente y una experiencia de marca continua a los visitantes. Además, un configurador de coches con tecnología BitBrain permitía personalizar el coche en función de las emociones y estímulos de los visitantes. Diseñado por la propia agencia con las aplicaciones tecnológicas desarrolladas por Ogilvy, el espacio destacó por resaltar la apuesta digital de la marca y ofrecer al visitante una experiencia 100% marca con la exposición de un solo coche.

Para ello se planteó una plataforma circular central que daba el máximo protagonismo al modelo, y se desplegaron las distintas activaciones tecnológicas a su alrededor. El color predominante era el negro, recreando esos escenarios oscuros, con luces que perfilan formas alámbricas, que acostumbran a venirnos a la mente cuando se plantea un lugar tecnológico. Todo el pavimento tenía efecto espejo para multiplicar los efectos de luz y resaltar más aún esta inmersión digital. La vertiente más humana se la quedaba Barcelona, su calidez y su luz, ya que en la experiencia 4D se muestra un viaje por las calles de la ciudad, para reforzar el mensaje de la marca “Created in Barcelona”.