INSÓLITO, un nuevo festival en simbiosis con el destino Sevilla
Compartir noticia
Escuchar
El espacio también importa
Uno de los aspectos más llamativos de INSÓLITO es su uso del Puerto de Sevilla como escenario de su presentación y también de algunas de sus acciones. Este lugar, normalmente fuera del radar de la programación cultural, se convierte en protagonista gracias a su carácter industrial, simbólico y disruptivo. Que un evento suceda ahí, en estructuras de naves industriales, entre grúas, agua y estructuras portuarias, ya genera cierto impacto. No es solo un sitio donde pasan cosas; es parte de lo que pasa.
Este tipo de decisiones, utilizar espacios poco convencionales, responde a una tendencia que cada vez cobra más fuerza en el mundo de los eventos: salirse de lo previsible. Se busca sorprender desde el lugar, no solo desde el contenido. Y de paso, enseñar nuevas caras del destino.

Más allá del verano
Otra idea interesante detrás de INSÓLITO es romper con la estacionalidad. Aprovechar que en Sevilla, incluso en invierno, se puede estar en la calle, disfrutar de un concierto al aire libre o pasear sin pasar mucho frío. No es algo que todas las ciudades puedan permitirse, y aquí se convierte en una ventaja que abre nuevas posibilidades.
La programación se mueve en franjas menos habituales, como las tardes y primeras horas de la noche, y busca dar vida a esos meses que, culturalmente, suelen estar menos frecuentados por eventos de esta índole.
Una ciudad, muchos espacios
Lejos de concentrarse en un solo recinto, el festival se extiende por distintos rincones de la ciudad. Desde auditorios grandes como FIBES o Cartuja Center, hasta salas más pequeñas como Custom o Pandora, pasando por espacios con personalidad propia como el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Esta diversidad de localizaciones no solo permite adaptar cada propuesta a su entorno, sino también repartir mejor a los asistentes, evitar aglomeraciones y hacer que cada experiencia tenga su propia atmósfera. Una ecléctica mezcla de espacios que representan muy bien el pasado y el presente de Sevilla.
Un proyecto que crece con la ciudad
El enfoque organizativo de INSÓLITO no es rígido. Al contrario, está pensado como algo que puede ir adaptándose y cambiando. La programación todavía está en construcción, se irá completando con nuevas propuestas y disciplinas. De momento ya se sabe que mezclará música, humor, poesía, flamenco, electrónica o experiencias familiares. Pero también hay espacio para el riesgo, para probar cosas nuevas, para ir sumando voces locales como el concepto de Lolailand, una mezcla entre electrónica y tradición que continúa en la línea de Icónica Santalucía Sevilla Fest en la que se mezclan tradiciones y se reinventan para aportar algo diferente.
En el fondo, lo que propone INSÓLITO no es solo programación cultural, sino una manera distinta de relacionarse con la ciudad a través de la cultura. Una forma de aprovechar sus rincones, sus tiempos y su clima sin necesidad de esperar al verano. Este formato resulta muy inspirador para ver como los eventos siguen confiriendo a los destinos herramientas muy interesantes para su posicionamiento y estrategia, creando esa simbiosis entre evento y destino que tanto nos gusta y que aportan tanta relevancia a lo que hacemos.








