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Agencias · Barcelona

Memorias de África

Memorias de África

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Eric Mottard
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Ya hace 3 meses que África Ortega nos ha dejado, sin dar nunca al cáncer que la comía desde hace años el gusto de quitarle su eterna sonrisa y buen humor. Hace más de dos meses ya, y solo ahora escribo estas líneas, así que no sé si la reina de la producción al detalle, de la puntualidad, de los compromisos cumplidos me perdonará este retraso, pero creo que sí, así que allí voy. A veces las palabras vienen cuando vienen. Y vienen ahora, en este parón veraniego.

Muchos, muchísimos en este sector hemos compartido momentos con ella. África y su pareja (Raimond Torrents de Torrents & Friends) formaban parte intrínseca de la vida del sector. Un dúo que lo había vivido casi todo: los dos eran pioneros del sector de eventos a su manera, él montando la agencia Compañía de Actos Singulares, referencia histórica de nuestro sector; ella como responsable de eventos de SEAT, haciendo algunos de los eventos más increíbles que ha visto este país. Esta pareja dorada asistía a casi cada encuentro del sector, siempre trayendo su alegría, relajación, enorme buen rollo, y una pasión intacta por los eventos.

Su “evento” más doloroso ha sido una pelea durante años con el cáncer, enfermedad tan implacable que la acabamos personalizando, y hablamos como si hubiera un combate entre dos actores. África siguió siendo África siempre, y fue imposible quitarle su preciosa sonrisa, incluso cuando el cáncer había dejado claro quién iba a ganar este absurdo combate. La enfermedad ganaría la batalla física, pero no pudo nunca quitarle la actitud ante el reto, la positividad, el disfrute de la vida. La vi unas dos semanas antes del final en el mejor entorno posible: una terraza de café y una charla de amigos, esta maravilla mediterránea que tenemos que disfrutar cada día. El contraste era increíble entre un cuerpo ya devastado y una sonrisa intacta, una mirada donde la pasión brillaba como siempre, un gusto por la conversación y la vida. Nos prometimos vernos de nuevo pronto y parecía evidente que nada podría parar el gusto por la conversación inteligente, el intercambio de ideas y el momento compartido. Tristemente, el cuerpo no deja de ser un ingrediente necesario para ello…

Conocí a Africa cuando ella participó en un curso de organización que dábamos. Era responsable de eventos de SEAT, quería aprender… cuando sin duda era una de las personas que más sabían de eventos en este país. Participó con inteligencia y humildad. Luego nos concedió una apasionante entrevista para eventos magazine y entre mil cosas, recuerdo una gran pieza de sabiduría: que el problema de hacer un evento con una agencia no preparada no era tanto el desastre, el hecho de que el evento sea un fracaso visible, sino que el evento se haga, parezca correcto, que la gente se lo pase bien, pero sin que se sacara el enorme valor que puede aportar un evento. Un puro momento de hospitalidad más que una acción efectiva de comunicación, este es el problema si tomas una agencia no preparada. Y todavía demasiados eventos se hacen así, todavía, cuidando suficientemente la hospitalidad y producción para que todo fluya… pero sin sacarle el jugo.

Ironía en un mercado donde las relaciones entre agencias y clientes no son siempre historias de amor; después de un evento en Córdoba cuando era responsable de eventos de SEAT, empezó una preciosa historia de amor con Raimond Torrents (entonces responsable de su agencia, Actos Singulares, referencia en España). Una historia que empezó en este momento mágico de la noche del evento: cuando ha bajado el telón y el equipo celebra el éxito. Quizás el momento más precioso en este trabajo loco que son los eventos. Si ves a Raimond un día, pide que te cuente este inicio de la historia de amor, que parece creado por un guionista de Hollywood… Tuvo la historia de amor de película que merecía.

Finalmente, estaba la puesta en escena, la estética, la representación, sus famosas y excéntricas gafas, sus vestidos rojos con lunares formaban parte del personaje, siempre. Todo menos ser sosa. Olvida la idea horrible y artificial de “marca personal”, y piensa simplemente en “soy así, esto es Africa Ortega, no la olvidarás”. Pues no la olvidamos. Te echamos de menos África Ortega, pero nos dejas una manera un poco más bonita y más inteligente de ver la vida. Un regalazo.

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