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Mirador torre Glòries abre sus puertas a 125 metros de altura

Mirador torre Glòries abre sus puertas a 125 metros de altura

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Luana Valls
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Uno de los edificios más emblemáticos del skyline de Barcelona es la Torre Glòries (más conocida como Torre Agbar), que, a partir de este viernes, 20 de mayo, abrirá sus puertas como un nuevo referente cultural y de ocio de la ciudad. Se trata de un espacio multidisciplinar que une arte, ciencia y tecnología; además, dispone de unas vistas 360º espectaculares, que podrás disfrutar subiendo hasta la planta 30 (a 125 metros de altura). Un sorprendente mirador donde se podrán realizar eventos. Pero la propuesta de Mediapro Exhibitions va más allá y plantea una experiencia con la qué redescubrir Barcelona desde múltiples perspectivas. Luana Valls

En 2005 se inauguró la Torre Agbar, una obra arquitectónica de Jean Nouvel, que se inspiró en las formas redondeadas de Montserrat para diseñar su obra. Durante muchos años, este emblemático edificio sólo ha sido accesible para unos pocos, pero esto va a cambiar a partir de este viernes (20 de mayo). De la mano de Merlin Properties y Mediapro Exhibitions, el Mirador torre Glòries abre sus puertas como un nuevo referente cultural y de ocio de la ciudad, pero también como un nuevo espacio para eventos.

Luces y sombras

Realizar una cena de empresa o una presentación de producto con Barcelona a tus pies es un buen plan y si además le añades unas vistas 360º a 125 metros de altura, la cosa mejora. El mirador es un espacio exclusivo que a partir de ahora estará disponible para eventos corporativos. Neus Callis, directora comercial del Mirador en Grupo Mediapro, nos cuenta que se trata de un espacio que a priori no le hace falta mucha inversión, ya que, tiene un carácter y una identidad propias; además cuenta con una instalación artística, obra de Tomás Saraceno (la única obra permanente del artista en el sur de Europa) que convierte la cúpula en un lugar inusual e innovador. “Nuestro objetivo es intentar personalizar al máximo el espacio a cada situación. Sabemos lo que los DMC y las agencias de eventos necesitan y en la media de lo posible, intentamos adaptarnos”, afirma Neus.

Aun así, el espacio tiene un hándicap consecuencia de la concepción del edificio en un primer momento. Cuando Jean Nouvel lo diseñó, no pensó que acabaría convirtiéndose en un mirador, ni tampoco un espacio donde realizar eventos, por eso, no dispone de espacio office para el catering. Esto implica que a nivel de catering todo tiene que estar precocinado y venir en armarios calientes, aparte, también existen ciertas dificultades a la hora de emplatar. Por otro lado, debido a la distribución del espacio y las limitaciones logísticas, no se pueden realizar eventos de más de 50 pax. en formato banquete y 80 en formato cóctel. “Teniendo en cuenta la experiencia con los eventos que hemos realizado hasta la fecha, estos son los números que aseguran un buen funcionamiento”, cuenta Neus.

El alquiler del espacio no solo implica la planta 30, sino que también están incluidos el vestíbulo que puede usarse como zona wellcome y guardarropía, y el espacio expositivo de la planta -1, que se suele utilizar para ofrecer una copa de bienvenida antes de subir al mirador. Además, también se pueden realizar visitas premium y fuera del horario oficial. Algunas acompañadas por un arquitecto que se centra en la figura del arquitecto Nouvel, y otras que explican la historia y recorrido del artista Tomás Saraceno, desde su participación en este proyecto, hasta su trayectoria a nivel mundial.

Plataforma de observación

Pero más allá de ser un espacio para eventos, en realidad, se trata de un proyecto que lleva cociéndose desde 2017 y en el que ha intervenido un equipo multidisciplinar que ha creado una experiencia innovadora con la que conocer Barcelona desde diferentes perspectivas.

El Mirador torre Glòries está situado en el lugar que Ildefons Cerdà concibió como centro neurálgico de su plan urbanístico, punto en el que convergen las tres principales arterias de la ciudad. Durante mucho tiempo ha sido territorio de coches, pero poco a poco está volviendo a pertenecer a la gente, con un diseño más peatonal y verde. Este año, Torre Glòries se abre a la ciudadanía de forma permanente y por primera vez, a través del Mirador torre Glòries.  

El proyecto está planteado como una experiencia que consta de tres niveles, a través de los cuales se descubre Barcelona desde diferentes perspectivas, poniendo el punto final en unas sorprendentes vistas en 360º.

  • Hipermirador Barcelona: El viaje se inicia en el edificio externo a Torre Glòries, bajando a la planta -1 donde se encuentra una exposición que invita a los visitantes a observar la ciudad más allá de la que se ve a simple vista. Lo hacen a través de cuatro instalaciones, que combinan arte, tecnología, divulgación científica y audiovisuales en gran formato. La particularidad de esta experiencia es que tiene la voluntad de presentar Barcelona como un organismo vivo (que está en constante cambio y transformación), por eso, los contenidos de la exposición cambian diariamente adaptándose en tiempo real a la realidad del momento (a través de Big data y AI). Los diferentes elementos artísticos (132 figuras de papel creadas por el artista Joan Sallas) y tecnológicos (una gran pantalla en formato de 108m2; una pantalla holográfica con voz producida mediante IA) se acompañan de una banda sonora creada ad hoc para el proyecto. Una propuesta musical (interpretada y musicada por Maria Arnal y John Talabot) que muta día a día en función de la velocidad del viento, la meteorología, las fases lunares, la temperatura del mar, etc.

  • El mirador: En este segundo nivel, se sube hasta la planta 30 de la torre donde se encuentra la cúpula que ofrece unas espectaculares vistas 360º de la ciudad. Allí es donde se encuentra la excepcional instalación artística multisensorial del artista contemporáneo Tomás Saraceno.
  • Cloud Cities Barcelona: No solo se trata de una obra de arte contemplativa, sino que está pensada para que los usuarios interactúen con ella. En total ocupa 130m2 y está compuesta por 113 espacios nube, a los que se puede acceder. A primera vista recuerda a una gigantesca tela de araña, formada por más de 5.000 nodos que conectan 6km de cables tensados. Un recorrido por el interior de la escultura, a distintos niveles, que permiten disfrutar de las vistas todavía desde más arriba.

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