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¿Cómo afecta el móvil en la experiencia?

La distracción silenciosa

¿Cómo afecta el móvil en la experiencia?

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Vivimos pegados al móvil. Lo usamos para todo, en todo momento. En eventos, se ha convertido en una extensión de la mano: hacemos fotos, compartimos stories, tomamos notas… Pero cada vez más voces se preguntan: ¿hasta qué punto este pequeño dispositivo está arruinando la experiencia que tanto nos esforzamos en diseñar?

El enemigo invisible de la atención

La neurociencia lo tiene claro: la simple presencia de un móvil (ni siquiera hace falta que lo mires) ya está consumiendo parte de tu capacidad cognitiva. Es el fenómeno del «brain drain», o lo que es lo mismo, tu cerebro en modo multitarea… sin que tú lo sepas.

Estudios del Journal of the Association for Consumer Research demuestran que la presencia del smartphone afecta directamente la memoria de trabajo y la concentración. El cerebro dedica energía a “ignorar” el dispositivo, lo cual reduce significativamente nuestra capacidad de absorber lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. En un evento, esto se traduce en asistentes más distraídos, menos conectados con el contenido y más centrados en capturar el momento que en vivirlo.

Cuando el “modo avión” es parte del diseño

Algunos artistas y organizadores han decidido ir un paso más allá. Bob Dylan, por ejemplo, ha prohibido completamente los móviles en sus conciertos recientes. Lo hace con el sistema Yondr, que bloquea físicamente el acceso al teléfono guardándolo en una funda especial durante todo el espectáculo. Su objetivo: que el público vuelva a escuchar, a mirar, a vivir el concierto sin distracciones. «Si vienes a ver a Bob Dylan, vienes a ver a Bob Dylan», dijo uno de los promotores.

Jack White también ha aplicado esta política en sus giras, declarando abiertamente que la conexión emocional con el público es más profunda cuando no hay pantallas entre ellos. En sus conciertos, el público se relaja, se mueve más… y los momentos se recuerdan, no se graban.

Alicia Keys fue otra de las primeras en adoptar esta medida, creando una atmósfera más íntima y protegida para ella y su audiencia. Y los resultados no solo han sido positivos en la experiencia, sino también en la percepción de exclusividad del evento.

Fuera del mundo de la música, el famoso torneo de golf Masters de Augusta prohíbe el uso de móviles en todo el recinto. No hay excepciones. El resultado es un ambiente casi sagrado, donde los asistentes conectan con el entorno, con el juego… y entre ellos.

Tecnología sí, pero con criterio

No se trata de eliminar el móvil del evento, sino de encontrar un equilibrio. El smartphone puede ser un gran aliado: para escanear un QR, interactuar en una sesión o compartir contenido. Pero cuando se convierte en el protagonista, desplazamos el foco de la experiencia real al mundo digital.

¿Y si probamos a marcar momentos “sin móvil” dentro del evento? ¿A crear zonas de desconexión, espacios sin pantallas, o incluso dinámicas que premien la atención plena? Existen muchas formas de usar la tecnología con intención, y no por defecto.

La verdadera conexión no necesita WiFi

En un mundo donde todo compite por captar nuestra atención, regalarles a los asistentes un espacio para estar realmente presentes puede ser el mayor valor añadido de tu evento. Porque la experiencia no solo se diseña con tecnología… también con silencio, mirada y memoria.

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